Tres ascensos a la máxima categoría enaltecerán siempre su trayectoria en los banquillos, pero Jacinto Carbajal Massó (Cáceres, 30-12-1980) vive un verano de sensaciones encontradas. Hace una semana logró la medalla de plata en el Mundial femenino sub-17 formando parte del cuerpo técnico de España... semanas después de renunciar a su puesto de entrenador en el Zamora. En esta charla comenta ambos temas y algunos más. Quizás lo más llamativo es que no descarta pasarse al baloncesto masculino si la oportunidad que pueda surgir es buena.
Subcampeón del mundo. ¿Cómo se siente?
Bien. Muy contento. Son más de 30 días desde que empieza la concentración y culminarlos con una medalla es para estar orgullosos. En parte fue una sorpresa. Siempre vas con ganas, pero es muy complicado. Y en un Mundial, mucho más que en un Europeo. Nos salió todo muy bien, la verdad.
¿Ha sido tan inesperado?
Era una generación que, con el tema de la pandemia, no tenía referencias. El año pasado hubo una toma de contacto en la fase de clasificación, pero solo jugamos con una selección fuerte, Hungría. Era una incógnita de cómo íbamos a responder. Siempre vas con pies de plomo, a ver qué pasa, con la esperanza de llegar a los cruces. Luego en semifinales fue un cara o cruz, como se dio. Ganamos a Francia y fue una sorpresa más que nada por el desarrollo del partido: fuimos perdiendo por 15 puntos y lo levantamos.
¿Existe el ‘método FEB’ o es el trabajo de los clubs?
Todo suma. Está claro que la base y el sistema de competiciones que hay a nivel nacional ayuda que salgan generaciones así. El trabajo de base de los clubs es bueno para recoger eso. Y la Federación Española filtra y selecciona desde edades muy tempranas, como ahora con la U13 y U14. Los cuerpos técnicos son de gente preparada, con experiencia, y se afina bien para lograr los éxitos. En la coctelera se mete todo.
¿Es muy distinto ser primer entrenador y tomar la decisión definitiva que ejercer de ayudante?
Tienes claro que eres un ayudante. Hay un primer entrenador, en este caso Cristina [Cantero], con el que ya había coincidido. Das tu punto de vista y ayudas en la toma de decisiones. Yo me he centrado en el estudio del rival. Es un trabajo conjunto muy grande, pero la última decisión no es tuya. Me he encontrado bien, como en los últimos cinco o seis veranos. Es interesante y reconfortante.
Háblenos de su último año en Zamora. No logró el objetivo de ascender que usted mismo se había puesto…
Fui allí para intentar subir y, entre comillas, eso se cumplió porque peleamos hasta el último partido, en la final por ascender, pero no nos salió del todo bien. Te queda una sensación agridulce, estando tan cerca del objetivo. La nueva Liga Challenge ha tenido un nivel muy alto y eso ha sorprendido a todo el mundo.
Tenía contrato en vigor y optó por no seguir. ¿Por qué?
En noviembre o diciembre decidimos prolongar el año de contrato que había firmado el verano pasado. Cuando acabó la temporada nos pusimos a pensar en la siguiente, pero en ese proceso no me noté con la misma ilusión o motivación y lo trasladé así al club. Al final decidimos rescindir ese año que nos quedaba.
¿Qué planes tiene pues para la próxima temporada? ¿Estar en Cáceres, ver baloncesto y esperar alguna llamada?
Estoy escuchando. Valoraré cualquier opción que pueda venir. Voy a estar aquí y voy a ver si puedo ayudar en algún club y esperar porque al final puede haber movimientos o gente interesada. Lo afronto con tranquilidad porque ha sido una decisión que he tomado yo, que no es como cuando te echan, que te entra la ansiedad de entrar en algún sitio. Si tengo que empezar enCáceres en cualquier cosa, no tengo prisa.
¿Desecha entrenar en baloncesto masculino? Tiene usted la etiqueta clara de entrenador de femenino y sería difícil quitársela...
No lo descarto. Si me llega algo que me pueda ilusionar y apetecer lo voy a valorar, tanto si es de masculino como si es de femenino. Más que etiqueta, es que, cuando vas avanzando en una línea, parece que es complicado cruzar al otro lado, pero no es porque realmente porque te autoexcluyas. Eso sí: cada vez hay más casos. El caso más claro es Alfred Julbe, que entrena ahora en baloncesto femenino.
¿Qué le ha parecido la temporada de su exclub, el Al-Qázeres?
Con lo que salieron parecía que se iban a posicionar por estar en los ‘playoffs’, que hubiese sido un resultado natural, pero es que luego hubo un nivel muy grande y los equipos empezaron a reforzarse. Estaban entre el séptimo y el décimo de la liga y eso depende de un partido que se te va, otro que sacas en otro lado... No era un proyecto transatlántico. Cumplió las expectativas y dio espacio a las jugadoras de casa.
¿Y la nueva plantilla que está ultimando?
Sí que puede dar ese pasito que faltó. Las veo entre las ocho primeros con más seguridad. La plantilla está más compensada y el nivel de la competición va a seguir siendo fuerte, pero no van a estar ni Barça ni Jairis, lo que da cabida a que asciendan un par de puestos y se metan en ‘playoff’.