En el Club Deportivo Gévora tienen muchos motivos para estar felices. La entidad verdinegra cumple 60 años en este 2022 y lo ha hecho estrenando instalaciones con césped artificial tras muchos años demandando este cambio de superficie en su campo de fútbol municipal.
Pero si hay algo que ilusiona a esta pequeña población de poco más de 2300 habitantes es el equipo que se ha conformado durante el verano. Con algún regreso sonado, como el del goleador Diego, pero sobre todo con Joaqui Flores como refuerzo de relumbrón, el conjunto que dirige Martín Fernández quiere alcanzar de una vez por todas es una Tercera División que, pese a haberla rozado en las últimas tres fases de ascenso, se les ha acabado escurriendo entre los dedos. En 2020, con el formato de ‘playoff’ exprés cayeron por la mínima ante el Chinato, que subió tras imponerse por la mínima. Más cerca estuvieron un año después, cuando la lotería de los penaltis privó al conjunto de la pedanía pacense de lograr su sueño.
Pero si parecía difícil superar la crudeza de una eliminación por penaltis, en 2022 el destino fue, aún si cabe, más caprichoso que en las dos ocasiones pretéritas. Los verdinegros, tras imponerse 4-0 en la ida ante elMontehermoso, cayeron lejos de su estadio por 5-0 en un choque se resolvió en la prórroga.
Compañeros de viaje
En esta historia hay dos figuras claves en el club. El presidente, José Mateos y el entrenador, Martín Fernández. Llegaron al mismo tiempo hace cuatro años y antes de su desembarco, el club no había pisado el privilegiado territorio del ‘playoff’ a Tercera. Desde entonces, el Gévora ha hecho pleno en las tres primeras temporadas en las que ambos ocupan sus respectivos cargos. «Sabemos que vendrán rachas malas. Por eso es importante ir ganando partidos. La gente se va contenta. Ahora tenemos el pueblo enganchado», explica el presidente del Gévora, José Mateos.
Pero si alguien tiene la culpa de que jugadores como Joaqui Flores se hayan decantado por el Gévora, ahí todo el mundo señala a Martín Fernández. «El caso de Joaqui Flores es especial. Lo conozco mucho porque tengo mucha amistad con él. Me prometió que iba a jugar en el Gévora antes de retirarse y lo ha cumplido», afirma Fernández.
Objetivo mínimo
Tanto el presidente, como el entrenador del equipo que lidera el Grupo 2 de la Primera Extremeña tienen claro el objetivo. «Si no jugamos la fase de ascenso con el equipo que tenemos, sería un fracaso. Luego hay eliminatorias y puede pasar de todo», dice el presidente y lo secunda el técnico.
También coinciden en las múltiples bondades que les han dado el flamante césped artificial tanto en la cantera como para el primer equipo. «Para nosotros, el campo ha sido el gran fichaje del año», comenta Fernández.
Pese a todo, en el club no quieren perder su esencia. «Aquí no cobra nadie. Le pagamos con cariño a todo el que viene», concluye el presidente verdinegro.
