El Periódico Extremadura

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Fútbol. Árbitros

Árbitros de fútbol en Extremadura: se buscan sonrisas

El comité extremeño quiere garantizar el futuro con cursillos y Jesús Gil Manzano y Guadalupe Porras de referentes

Alejandro Méndez Ruán, Carlos Javier Crisóstomo Alhaja y Alexis Montero, colegiados extremeños ya consolidados. Javier Mendoza / Federación Extremeña de Fútbol

Poner las bases para que la cantera crezca o que, cuando menos, no decaiga. Trabajar con esta premisa en el mundo del arbitraje es capital para el devenir de un colectivo a veces injustamente denostado y castigado en términos de prestigio, pero que destila optimismo y empuje cuando se mueve. Ese es el objetivo del Comité de Árbitros de Extremadura, feliz con los números en las máximas categorías, pero muy atento para marcar de forma preclara una dirección: no descuidar a los que empiezan porque ellos son el futuro.

“Cada vez hay más competiciones, con el tema de los Judex y demás. Hay muchísimos clubs y se hacen más y más equipos con más categorías. Por eso necesitamos árbitros”, argumenta Andrés Ceballos Silva, desde hace más de un año responsable de la delegación de Cáceres, una de las nueve existentes en la comunidad. Es por ello por lo que se han organizado cursillos para captar nuevos colegiados para la causa.

Andrés Ceballos Silva, a la izquierda del todo, con aspirantes a árbitros en Cáceres. Cedida

En la actualidad hay 450 colegiados en Extremadura. “A nivel de Tercera, por ejemplo, no hay problema. Lo ideal es que hubiera más, por cantidad y por calidad”, dice Ceballos. El director técnico, Fernando López Acera, dice que «para nosotros es importante crear un sistema donde lleguen y se sientan a gusto para poder cumplir sus sueños y se realicen como deportistas. Queremos crear un hábitat donde puedan estar bien», apunta como reclamo para captar ‘vocaciones’. “Lo importante es sentirse bien. No es solo buscar llegar a lo más alto. Procuramos que disfruten de lo que hacen», recalca.

Esa es la clave: que les guste. “Que la gente pruebe. Que no se queden con las ganas. Si te gusta el fútbol, tienes otra salida. Se puede disfrutar desde otro punto de vista, el de los árbitros”, añade Ceballos quien, como López Acera, cree que los que están arriba son claves con su ejemplo para crear el caldo de cultivo necesario.

Fernando López Acera. Javier Mendoza / Federación Extremeña de Fútbol

13 árbitros en las cuatro primeras categorías del fútbol masculino nacional: Primera División, Segunda División, Primera Federación y Segunda Federación. Otros 14 asistentes. Total, 27. Las referencias inexcusables son el dombenitense Jesús Gil Manzano (internacional y consolidado entre los considerados tres mejores españoles) y como asistentes los pacenses Guadalupe Porras Ayuso (que ha debutado ya en la Liga de Campeones) y Ángel Nevado, pero detrás hay un buen número de colegiados que quieren llegar arriba, como ellos.

El excolegiado explica el origen y el contexto en el que se vive. “Es importante tener espejos donde mirarse para que a medio y largo plazo la gente se adentre en este mundo. Estamos llegando a un número de árbitros extremeños en competiciones importantes que cada vez va a ser más difícil de superar. Pero ese no es el único objetivo. Se trata de hacer un estilo de vida en el que la base también sea un referente. Esta base tiene mucha importancia, porque son quiénes deben garantizar el relevo". “Los que estamos alrededor nos encargamos de proporcionar las herramientas necesarias, pero el mérito siempre es del colegiado”, incide el responsable del colectivo para explicar el fenómeno.

Jorge Arias Silva, que cumple su segunda temporada en Tercera y uno de los muchos que ha salido desde la base. Javier Mendoza / Federación Extremeña de Fútbol

Cáceres, historia

Los números son claros en un sorprendente dato: no hay un solo colegiado de la delegación de Cáceres en esas categorías. Y eso que hasta hace unos pocos años han sido varios los que han estado en categorías importantes: el propio Andrés ‘Lolo’ Ceballos Silva ha llegado a Segunda, como otro clásico, Fidel Valle Gil. “Esta semana se cumplen nueve años del homenaje que me hicieron por mi retirada”, recuerda a modo de anécdota. Su padre, Francisco Ceballos Borrego, sí llegó a Primera, como el pacense Fernando Carmona Méndez, que también alcanzó la élite.

Los últimos en llegar a Segunda B fueron Jerónimo Pérez Vidarte, Carlos Sánchez Laso y Borja Villa Maestre, éste hace cuatro años. No hay, al menos públicamente, una explicación. Pero se va a intentar cambiar la tendencia. Como curiosidad, en su día, en una pedanía, Valdesalor, “había 10-12 árbitros, todo desde que estaba Paco Guillén Román”, recuerda, no sin nostalgia, Ceballos.

“Los que están son pocos, pero muy comprometidos. Intentamos que ningún partido de benjamines no se quede sin árbitro”, aduce Ceballos, que indica que desde los 14 años, e informándose a través de las redes sociales y federación pueden buscar un futuro en este apasionante mundo. “Puedes ganar desde 10 a 25 euros por partido, según la categoría que sea”, dice como motivación extra. Los cursos, que incluyen clases teóricas y prácticas, se prolongan durante dos meses. Después, tienen un periodo en el que van con colegiados veteranos. “Tienen que aprender el protocolo de actas y demás, y cuando vayan a varios partidos ya están listos”, afirma. Ello se lleva a cabo siempre a principios de temporada. “En enero o febrero no tiene ya sentido, en plena temporada”.

Aspirantes a colegiados, recibiendo clases teóricas en Cáceres. Cedida

Empiezan por partidos de benjamines y alevines, “donde no hay tensión excesiva”, aunque haya casos puntuales de padres o delegados de equipos que no tengan el mejor comportamiento. Y para ello Ceballos pide comprensión. “Muchos jugadores son de la misma edad que los árbitros. Invitamos a cualquier padre a que arbitre un partido de niños. Lo difícil es un saque de banda, la decisión que parece más fácil. Hay un estado de nervios evidente”.

“El componente económico también acompaña. Empieza siendo un hobby que prosigue con una vocación y se acaba convirtiendo en una profesión”, dice Fernando López Acera, de profesión orientador, nacido en Barakaldo y criado entre Llodio y Hervás, pero que en Extremadura, donde arbitró muchas temporadas, reside desde hace muchos años en lugares como Don Benito y Trujillo. Curiosamente, ha editado una novela, ‘No te vayas sin decirme nada’. En realidad, así se escribe la historia de un arbitraje, el extremeño, que quiere decir mucho de cara al futuro.

López Acera: «Guadalupe Porras está abriendo muchas puertas»

«Está siendo un referente abriendo puertas en todos los sentidos, tanto a nivel deportivo como a nivel social», dice Fernando López Acera sobre Guadalupe Porras, colegiada pacense que ya está como asistente habitual y que acaba de debutar en la Liga de Campeones en un Nápoles-Liverpool. «Para nosotros es un motivo de orgullo todo lo que está consiguiendo y de lo que está suponiendo su progresión. Con el tiempo se valorará aún más, pero en el presente ya es todo un hito», concreta el dirigente arbitral

«Hay un crecimiento, aunque nos gustaría que fuera mayor de lo que está siendo. Estamos poniendo las bases para que sea el adecuado tanto en captación como en el desarrollo de las árbitras e ir creando una estructura de trabajo para que su desarrollo sea acorde a lo que el fútbol femenino está exigiendo ya en el mundo arbitral», dice sobre el arbitraje femenino regional.

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