El Periódico Extremadura

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BALONCESTO. LEB ORO

Resurrección a tiempo del Cáceres en Oviedo

El conjunto de Roberto Blanco llegó a ir perdiendo por 19 puntos en el tercer cuarto, pero remontó en Oviedo

Kevin Bercy captura uno de sus 12 rebotes en presencia de Adriá Domenech. LUISMA MURIAS

68 - Alimerka Oviedo Baloncesto: Chuso González (11), Shaquille Walters (3), Ángel Comendador (9), Adriá Domenech (13), Oliver Arteaga (12) -cinco inicial- Noah Bigirumwami (12), Alonso Meana (8), Jorge Arias (0).

71 - Cáceres Patrimonio de Humanidad: Dani Rodríguez (12), Juan Santos (3), Simas Jarumbauskas (16), Kevin Bercy (10), Alione Tew (2) -cinco inicial- Albert Lafuente (5), Bouna Ndiaye (11), Julen Olaizola (8), Willy Isiani (4). 

Marcador por cuartos: 21-16, 37-24 (descanso), 50-45 y 68-71.

Árbitros: Bravo, Morales y Diz. Eliminados: Domenech (min. 36) y Ndiaye (min. 40)

Incidencias: Segunda jornada de la LEBOro. Pabellón Pumarín.

Primera victoria de la temporada para el Cáceres Patrimonio de la Humanidad, que se impuso en la pista del Alimerka Oviedo (68-71) en un partido de escasísima calidad. Los jugadores de Roberto Blanco supieron arreglar a tiempo lo que estaba siendo un pésimo ejercicio: a poco de iniciarse el tercer cuarto perdían por una diferencia de 19 puntos (45-26). La reacción fue lo mejor de un equipo que sigue mostrando muchas carencias, pero que encontró en el carácter de Dani Rodríguez su balsa de salvación.

La rueda de calentamiento confirmaba una mala noticia: el escolta titular, Kaspars Vecvagars, no había podido viajar por un grave problema personal que arrastra durante los últimos días. Enfrente estaba un rival que acumulaba cuatro bajas importantes.

Blanco apostó por el recién llegado Alione Tew y por el joven Juan Santos en el quinteto inicial, seguramente para equilibrarlo en prestaciones con la ‘segunda unidad’. Lo primero no salió bien porque el francés, desubicado, cometió rápidamente dos personales, mientras que Santos sí dio esperanzas conectando el primer triple que lanzó. Era la primera ventaja (6-9, min. 3).

El partido había arrancado con un entretenido intercambio de canastas que poco a poco se iría interrumpiendo a la vista de la poca claridad de ideas en general. Sin embargo, los locales empezaron a encontrar el camino con un gran Adria Domenech y un mayor acieto en el tiro que les otorgó la delantera al final del cuarto (21-16).

Llegó entonces el apocalíptico e infame segundo para el Cáceres, que solo logró 8 puntos en los siguientes 10 minutos fallando lanzamientos de todos los colores y perdiendo balones de la forma más absurda. Nada parecía funcionar más allá de alguna acción aislada de Simas Jarumbauskas y Kevin Bercy. ConJulen Olaizola también en el banquillo por faltas, los demás no aportaban prácticamente nada, con mención especial para un Bouna Ndaiye que no acertaba por muy cómoda que fuese su posición. Tampoco Oviedo lucía demasiado, pero el apoyo de su público y una racha del recién llegado Noah Bigirumwami eran suficientes para que su panorama fuese mucho mejor del esperado con un 37-24 al descanso. 

LA REACCIÓN

La vuelta de vestuarios confirmó los peores augurios. El Cáceres salió sin pulso y encajó un parcial que hizo que la situación se le pusiese muy cuesta arriba. Su caos era importante (45-26, min. 23), pero todo giró en el momento preciso, cuando todavía había opción de redimirse.

Fueron dos triples de Dani Rodríguez, uno frontal y otro desde el lateral, los que empezaron a variar el escenario. Jarumbauskas se unió a él y en general todos apretaron defensivamente. El Oviedo, con una rotación escasísima, empezó a quedarse sin aliento. Sus tiros lejanos ya no entraban con la misma facilidad.

Chuso González intenta escapar del marcaje de Albert Lafuente. LUISMA MURIAS

Cargando el rebote ofensivo fue mucho más fácil para los verdinegros, que este martes vistieron por primera vez en su historia de blanco y azul. La vía de agua estaba bastante controlada al final del cuarto (50-45).

Otro triple de ‘Pope’ Rodríguez abrió el acto final, un augurio inmejorable. Lo más impresionante ocurrió a continuación: Ndiaye, que hasta entonces había fallado sus seis lanzamientos, encadenó tres triples consecutivos, todos desde la esquina, para el 54-56 cuando restaban 6 minutos. Lo más difícil se había hecho.

Quedaba rematar, con los asturianos desesperados porque no había manera que hiciesen una canasta. A 2:40 el choque parecía incluso sentenciado (57-65, brutal parcial de 12-39), pero aún quedaba una dosis de sufrimiento.

El anfitrión se agarró al partido a base de tiros desesperados y llegó a igualarlo a 25 segundos (68-68), lo que obligó al Cáceres a anotar bajo el aro por mediación de Julen Olaizola --gran asistencia de Rodríguez-- y esperar a que Alonso Meana fallase dos tiros libres que hubiesen llevado a la prórroga. Respiro monumental en un momento complicado. Y el domingo llega Alicante.

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