El Periódico Extremadura

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Jornada formativa ‘El deporte, un valor seguro para el desarrollo social y económico de nuestra provincia’

Toni Nadal defiende en Cáceres la formación tradicional del deportista

El exentrenador de Rafa desde niño hasta 2017 muestra su deseo de que siga dos años más

Toni Nadal, durante su disertación ante en la jornada formativa ‘El deporte, un valor seguro para el desarrollo social y económico de nuestra provincia’ que tuvo lugar en Cáceres. Carla Graw

Toni Nadal pasó por Cáceres dejando claro que no le va lo que él llamó «lo políticamente correcto» en el ámbito del deporte actual. El exentrenador del que probablemente es el mejor deportista de la historia de España, Rafa Nadal, relativizó la importancia de «lo accesorio» en la preparación de una estrella --aspectos como la nutrición, la tecnología o la psicología deportiva-- para centrarse más en lo «principal».

«Cuando empecé a trabajar con mi sobrino le dije que hiciese tres cosas: que golpease lo más fuerte posible la pelota, que la tirase hacia el lado donde no estaba el rival y que, si podía ser, lo hiciese dentro de las líneas. También le pedí una cuarta cosa: que la golpease cada vez mejor en todos los entrenamientos, porque si lo empezaba a intentar hacerlo en una final de Wimbledon o Roland Garros, no lo iba a lograr», señaló ante una audiencia entre asombrada y divertida.

Ocurrió bajo el impulso de la Diputación de Cáceres, en el Complejo Cultural San Francisco, durante la jornada formativa ‘El deporte, un valor seguro para el desarrollo social y económico de nuestra provincia’. Su presencia fue estelar entre los ponentes. Literalmente, lo nunca visto porque el propio Nadal confesó que nunca había estado en Cáceres, pero sí que tenía un gran interés en conocerla. Tras la conferencia se le organizó una visita nocturna al recinto medieval.

El tío de Rafa, al que entrenó en Mallorca desde que era literalmente un niño hasta 2017, señaló con algo de sorna que su único mérito eel mundo del deporte había sido precisamente ese. Toda su intervención fue un canto a los métodos tradicionales, centrados en echar horas y horas de trabajo sobre la pista y en cultivar la confianza incluso a través de motivar al alumno picándole en su orgullo. «Cuando Rafael ganó su primer Roland Garros y se quedó de fiesta yo me fui al hotel a escribir lo que había hecho mal en el partido y decírselo el día siguiente», contó. Fue una de las numerosísimas anécdotas que narró sobre sus más de dos décadas a su lado, una vida que aseguró no echar de menos. Ahora dirige al canadiense Felix Auger-Aliassime, noveno en el ranking ATP, con quien viajará este viernes al torneo de Turín, y también es el máximo responsable de la Academia Rafa Nadal, un moderno centro de formación para jóvenes valores ubicado en Manacor.

El público sigue atento la disertación de Toni Nadal. Carla Graw

Pista y vida

La charla no se pudo grabar («luego me lo sacan por ahí fuera de contexto y se monta el lío»), pero Toni Nadal sí aceptó las preguntas de los medios locales antes de asomarse a la sala Malinche entre aplausos.  

«Solo puedo contar lo que nosotros hicimos. Sin grandes pretensiones. Mi manera de entender el deporte es mi manera de entender la vida al final. Lo que apliqué en una pista de tenis es lo mismo que hubiera aplicado fuera», declaró. En la misma línea básica de lo que diría después. «Creo en el esfuerzo, en el trabajo, en la meritocracia, en que la gente se gane las cosas con el sudor de su frente, y en el caso de Rafael con el sudor de todo el cuerpo», añadió.

Confesó «no entender muy bien» que «se hable muchas veces de salud mental en el deporte». «Nos tendríamos que plantear si somos cada vez un pelín más débiles. Lo siento por el que tiene problemas y hay que hacer un esfuerzo para estar bien, pero también nos tenemos que acostumbrar a que las cosas no necesariamente salgan bien siempre», razonó. Y volvió a conectar deporte y cotidianidad como receta: «hay momentos en la vida que, al igual que en el tenis, tienes derrotas, y hay que superarlas. Lo fundamental es fortalecer el carácter para que las derrotas te afecten lo menos posible».

«¿Todo se puede conseguir con esfuerzo?», se le cuestionó. «Todo, sí. No ser un número uno, porque esto no depende de uno mismo, pero sí que todos con nuestro esfuerzo y exigencia podemos llegar a superarnos a nosotros mismos, que es el gran reto. Superar a los demás no siempre es factible. Rafael estuvo obligado desde muy pequeño a superarse a sí mismo y lo entendió. Supo que en la vida lo fundamental es mejorar», respondió.

¿Dos años más?

Aunque es un perfecto conocedor del ‘universo Nadal’, no se atrevió a dar un lapso de tiempo exacto sobre cuánto más durará la carrera profesional de su sobrino, que en junio pasado cumplió los 36. Pero sí que expresó un anhelo a nivel personal: «evidentemente no le queda mucho. Confío en que esté un par de años más jugando. Al menos es lo que yo desearía».

A modo de coda, dejó un último mensaje:«tuve la suerte de convivir muchos años con mi sobrino en el circuito y me lo pasé muy bien. Y ahora en la academia, también. Me gusta colaborar con los jóvenes, ayudar en la medida de la posible en su evolución y es lo que hago».

Sonia Bejarano, Jorge Villar, Álvaro Sánchez Cotrina, Toni Nadal, Conchi Bellorín, Dan de Sande y Alejandro Romero. Carla Graw

Numerosas personalidades del deporte extremeño --directivos, entrenadores, políticos, deportistas de a pie e incluso algunos meros aficionados-- le escucharon. Manuel José Hernández y Mario Madejón abrieron las jornadas, que fueron cerradas por una mesa redonda con Sonia Bejarano, directora gerente de la Fundación Jóvenes y Deporte; Dan de Sande, director general de Deportes de la Junta, y Conchi Bellorín, subdirectora adjunta de Alta Competición del Consejo Superior de Deportes.

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