A la altura de la undécima jornada de la temporada pasada, el Alter Enersun Al-Qázeres Extremadura llevaba solamente tres victorias, justamente la mitad de las que contabiliza ahora tras ganar el martes al Vantage Towers Alcobendas a domicilio (70-74). El dato expresa a la perfección la enorme progresión que ha vivido el equipo de una campaña a otra, y eso que las circunstancias no han sido fáciles.

Las gravísimas lesiones de Laura Chahrour --en pretemporada-- y Nedzla Kovacevic --en la cuarta jornada-- podían haber lastrado decisivamente al equipo, pero más bien lo han encorajinado, multiplicando su rendimiento con victorias de prestigio como la última, trabajadas hasta el último segundo. Y eso sin haber aumentado significativamente el presupuesto, en una competición que se ha demostrado igualada y competitiva y, tras los problemas físicos, con la única incorporación de la base internacional eslovaca Radka Stasova.

«Hay jugadoras que están haciendo más cosas, por encima del rendimiento que habían dado en otros sitios, y eso es lo que nos está poniendo arriba», cuenta el entrenador, Jesús Sánchez. Como suele pasar, la puntería a la hora de fichar el pasado verano está siendo decisiva, así como la ‘fe’ en determinadas cuestiones como la renovación de Crystal Primm (22 puntos ante Alcobendas). La pasada temporada, en la que había tenido un rendimiento positivo, no la pudo terminar porque se le detectó una pericarditis, una lesión cardiaca que, según se subrayó en su momento, no la obligaba a retirarse. Así ha sido. El club apostó por ella, que lo está agradeciendo en la pista. 

Otra pieza importante está siendo Celia García, que venía de ser un complemento en Celta y que en Cáceres está resultando referente (14 puntos de media, la tercera mejor nacional de la Liga Challenge). También se observa progresión en nacionales como Sara Zaragoza, Gedna Capel y la canterana Sira Hisado, siempre con el liderazgo ofensivo de Kate Anderson presente (15,7 puntos por partido). 

Sabiendo sufrir

Más allá de individualidades, lo que está caracterizando al Al-Qázeres está siendo su solidez en los encuentros, no desmoronándose psicológicamente como ocurría a menudo hace unos meses, cuando unos malos minutos suponían un lastre y era poco menos que una utopía ganar los finales apretados. 

El partido de Alcobendas es un buen ejemplo. «Estuvimos ganando durante todo el partido, con rentas de 8-10 puntos jugando un buen baloncesto, llevando el partido donde queríamos. Ellas en los últimos minutos pegan un arreón de coraje y llegaron al final con opciones, pero supimos en las tres o cuatro jugadas decisivas defender bien y poder ganar en una de las pistas más complicadas de la liga», analiza Sánchez.

Sus palabras en pretemporada sobre que el objetivo era la permanencia «y después ya veríamos» suenan ahora a sarcasmo, ya que con los dos equipos que bajaron la pasada temporada, Miravalle y Mataró, lo hicieron con 4 y 3 triunfos únicamente, cifras ya superadas. Luchar estar en los ‘playoffs’ es lo que reclamaban las jugadoras y es una meta que se está viendo cada vez como más realista, aunque quedan muchos peldaños por subir aún para ello. El primero, este sábado en casa ante el Picken Claret (18.00 horas).