El delantero brasileño Rodrygo Goes le regaló la camiseta a otro niño que no fue Marco en el Príncipe Felipe ese mágico día del Cacereño-Real Madrid de dieciseisavos de final de Copa del Rey. Un mes después, sí tuvo el detalle con el jovencísimo aficionado que también le reclamaba el atuendo en aquel duelo histórico. Hubo final feliz.
La intrahistoria tiene su atractivo y una cuota de preparación y empeño muy particulares. A través de su cuenta de Twitter, David Sánchez (@DSanchezoliva) pidió el favor al jugador brasileño del Real Madrid para que el niño pudiera cumplir su sueño. Y Marco lo vio satisfecho este lunes o, como dice Sánchez, amigo del padre del joven aficionado y doctor en Ciencias del Deporte en la Uex, la red social «hizo su magia» con el impulso activo y solidario de varios actores intermedios, entre ellos él.

La camiseta llegó a Cáceres mediante la efectiva gestión de José Antonio Miranda, un ‘influencer’ del Real Madrid a través de la marca @madridismoreaI en Twitter, con más de 250.000 seguidores. «Por medio de gente de su entorno que conozco lo conseguimos la pasada semana. Fuimos al Santiago Bernabéu a ver el partido de Copa y me dio la camiseta firmada con la que metió ese golazo al Atlético de Madrid», dice antes del mágico encuentro, que se produjo en una calle del cacereño barrio de El Vivero, y del que fue testigo este diario.

“Quiero agradecerles por su cariño y respeto por mí. Toda la gente de Cáceres fue muy amable. Estaré encantando y feliz de enviarle una camiseta a Marco”. Ello fue el Día de Reyes. El joven brasileño cumplió su promesa. Marco recibió su camiseta unos días después de su cumpleados (el 17 de enero), peró mereció la pena.
Francisco Rafael Gómez, policía local residente en Malpartida de Cáceres, había quedado con Miranda y Sánchez para dar la sorpresa a su hijo. A las 17.30 se hizo esa magia, aunque Marco había visto ya una ‘sospechosa’ foto en el móvil de su progenitor. «David y yo estudiamos Ciencias del Deporte juntos y nos une una buena amistad. Él es muy altruista y nos vio en un vídeo con la pancarta en la que le pedíamos la camiseta. Le conté que se quedó con las ganas. Parecía que se acercaba a nosotros, pero se la dio al final a un chico que estaba cerca. Marco se quedó triste. Rodrygo ha demostrado que es una persona como nosotros y que es fácil hacer feliz a la gente como a mi hijo, que le hizo mucha ilusión el protocolo que hicimos, con la pancarta. Al final, la ilusión no se paga con dinero».
Marco Gómez Fajardo, que también es aficionado del Cacereño, tiene nueve años y estudia en el colegio Los Arcos de Malpartida. «No pensaba hacer una pancarta, al final la hicimos y sabíamos que iba a ser difícil», cuenta el propio niño, que en octubre estuvo en el Madrid-Celtic. «Yo juego de muchas cosas, de medio centro, a veces de central, de todo...». Milita en dos equipos, en el Castra cacereño y el Malpartida, que tienen las canteras asociadas.
«Tiene mucha pasión por el fútbol», dice el padre. «Es muy amable, muy bueno y juega super bien. Es rápido y crea muchas ocasiones de gol», agrega Marco, que tiene a su hermana Victoria, de cinco años, también como fiel del madridismo. La camiseta iba camino de la habitación de Marco, un niño indisolublemente feliz.