En medio del salvaje calendario del Real Madrid aparecen, en ocasiones, oasis como este Mundial de Clubes que debía servir para engordar la sala de trofeos de los blancos y mejorar sus malas sensaciones tras la derrota en la Supercopa con el Barcelona y un deambular lastimoso en Liga que le ha hecho perder 15 de los últimos 27 puntos. Pero ni partidos como este sirven a este Madrid para relamerse las heridas y recomponerse. Jugarán los blancos la final, pero más por los deméritos egipcios que el buen hacer madridista.

En medio de esas crisis de identidad, y con la enfermería atiborrada, saltaba el Real Madrid al estadio Prince Moulay Abdellah conocedor de la travesía franca que le quedaba al título tras la sorprendente derrota del Flamengo ante el Al-Hilal. Pero antes de pensar en los saudíes, tenían los blancos enfrente al Al-Ahly egipcio, que vestía como el Benfica, presumía de ser el Madrid de África y llegaba sin perder en su país. Ante sí tenían un Madrid desfigurado con Lunin en la portería, Nacho y Camavinga de laterales, Rodrygo de nueve falso… Un once Frankestein en el que solo era reconocible su mediocampo, pero andan en modo avión porque Tchouameni vino despistado del Mundial y Modric, agotado.

Suspense y errores

A los 25 minutos el balón eran madridista, pero las ocasiones las protagonizaron Sherif y Abdelkader. Despertó el Madrid, que falló dos mano a mano en un minuto (Vinicius y Rodrygo), evidenciando su problema de gol este año. Luego Lunin se disfrazó de Courtois ante un disparo de El-Shahat. El Al-Ahly, que no dio ni patadas, sacaba con descaro el balón sabiendo que Vinicius, Kroos y Modric no roban balones ni lo pretenden. Tenía el duelo más suspense del deseado por los blancos, que no digieren bien estos partidos. A los de Ancelotti les faltaba gol y ganas, pero un error grosero del central Metwally dejó solo ante el portero a Vinicius, que esta vez sí marcó picando la pelota. Gol que generó más alivio que euforia a un Carletto desesperado en la banda.  

El partido pareció quedar sentenciado a los 60 segundos de la reanudación. Cuando Federico Valverde mandó a la red un rechace de El Shanawy a tiro de Rodrygo. Pero ante un rival estéril, casi naif, los blancos se empeñaron en complicarse la vida con pérdidas inexplicable, errores infantiles y un ritmo funcionarial. Ancelotti seguía con cara de pocos amigos y tenía motivos. Como el pecado de juventud de un Camavinga que regaló un inocente penalti que permitió a Maaloul recortar la diferencia. 

Un par de intervenciones de Lunin salvaron a un Madrid que se diluyó en el tramo final. La lista de sospechosos crece en un grupo que ha conseguido sacar de quicio a Ancelotti. Hasta Modric desperdició un penalti en el 86, señalado el VAR, pero en el descuento Ceballos regaló la puntilla a Rodrygo y Arribas se sumó con zapatazo cerrando una victoria con suspense de un Madrid que casi se ahoga en el oasis.

Ficha: Al-Ahly 1- Real Madrid 4

Al-Ahly: El Shanawy; Hany, Metwally, Abdelmonem, Maaloul; Dieng (Fati 61’), El-Solia, Afsha; Abdelkader (Karaba 88’), El-Shahat (Taher 74’), Sherif (Persi 61’).

Real Madrid: Lunin; Nacho, Rudiger, Alaba, Camavinga; Modric (Odriozola 93’), Tchouaméni, Kroos (Ceballos 77’); Fede Valverde, Rodrygo (Mariano 93’) y Vinicius (Arribas 96').

Goles: 0-1, Vinicius (41’), 0-2, Valverde (46’), 1-2, Maaloul, p. (61’), 1-3, Rodrygo (93’), 1-4 Arribas (94')

Árbitro: Andrés Matonte, Uruguay. Amonestó a Abdelmonem y Tchouameni. 

Estadio: Prince Moulay Abdellah. 45.308 espectadores.