DEL SILBATO AL BRAZALETE

Los árbitros que han trabajado en clubes de LaLiga: de Megía Dávila en el Madrid a Mejuto González en el Getafe

Es habitual que los colegiados ejerzan de delegados, tanto arbitrales como de campo, en equipos profesionales: "Tenemos más facilidad para entendernos con nuestros excompañeros"

Carlos Megía Dávila, exárbitro español, en su etapa como delegado del Real Madrid.

Carlos Megía Dávila, exárbitro español, en su etapa como delegado del Real Madrid. / EFE

Denís Iglesias

Los pagos de 1,4 millones de euros efectuados por el Barça a DASNIL 95 SL, empresa de José María Enríquez Negreira, vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros desde 1994 hasta 2018, han traído a la actualidad la relación que existe entre los colegiados y los clubes de fútbol. Es habitual que los equipos reciban informes arbitrales, pero las fuentes son profesionales que no están en activo o sin cargos de alto nivel, como sucedía con Enríquez Negreira.

De hecho, es normal desde hace años que los árbitros encuentren una segunda profesión como delegados de equipos tras retirarse. Es lo que ocurrió con Carlos Megía Dávila (Parla, 1966), quien fue contratado en la temporada 2009/2010 por el Real Madrid de Florentino Pérez. Aunque cuando se hizo oficial su incorporación todavía figuraba como colegiado de Primera (donde ejerció 14 años), ya era oficial que no había superado las pruebas físicas para seguir dirigiendo. Tenía 43 años, con los que empezó como delegado arbitral.

Megía Dávila, madridista

Sus funciones fueron durante años aclarar nociones o modificaciones del reglamento, así como de formas de actuar ante los colegiados. La labor de asesoramiento se dirigía a todas las categorías del Real Madrid, pero especialmente el primer equipo. En octubre de 2017 sustituyó al histórico Agustín Herrerín en sus funciones de delegado de campo. "Desde pequeño me gustaba el fútbol y me tiraba más el Real Madrid. No hay debate al respecto", aseguraba Megía Dávila en una entrevista en 2009 con el diario Marca. Hay que recordar que estaba adscrito al Colegio Madrileño, por lo que no podía dirigir a los equipos de esa comunidad.

Para los árbitros siempre ha sido un tabú manifestar sus preferencias, incluso después de retirados, por las sospechas que esto pudiera generar. En el caso de Enríquez Negreira (Barcelona, 1945), explicó en una conversación con Radio Marca en 2018 que él "apoyaba a todos los equipos catalanes".

Los datos de tarjetas o los penaltis son los recursos que se pueden utilizar para describir los colores de un colegiado. En el caso que atañe al Barça, durante las tres temporadas investigadas (las anteriores habrían escrito) de pagos a la compañía del excolegiado, al equipo azulgrana le decretaron 33 penaltis a favor y tres en contra.

Mejuto y Santamaría

La anormalidad de este supuesto está en la sociedad pantalla y en el cargo que desempeñaba Enríquez Negreira en el CTA. El paso del banderín al brazalete como delegado de campo es un camino natural. En 2019 eran once los antiguos colegiados (tres de Primera y ocho de Segunda) que estaban vinculados a los clubes del fútbol profesional.

Porque tal y como establece el Código Disciplinario de la RFEF, entre las funciones del delegado de campo está ponerse a disposición del árbitro y cumplir las instrucciones que le comunique antes y durante del encuentro. Otro caso es el de Mejuto González, al que el Getafe fichó en 2019 como delegado, sobre todo para que le acompañara en su aventura en la Europa League. El asturiano era un perfil muy interesante para el equipo madrileño, debido a su carrera nacional e internacional.

Mejuto González, delegado del Getafe, junto a Joaquín Alonso, del Sporting.

Mejuto González, delegado del Getafe, junto a Joaquín Alonso, del Sporting.

Actualmente, desempeña esta función en el Real Valladolid Paco Santamaría, quien dirigió 52 partidos en la máxima categoría del fútbol español en cuatro temporadas. Como curiosidad, esta temporada, Santamaría vio una amarilla en la jornada 20 en el Reale Arena. Su colega de profesión González Fuertes le sancionó por "retrasar la puesta en juego del balón al realizar una sustitución en el minuto 84 de partido".

Antes que estos equipos, el Villarreal contrató a Juan Ansuategui Roca (Castellón, 1956), quien después de 14 años como profesional del arbitraje, 11 de ellos con categoría internacional, se incorporó al Villarreal en la temporada 2002/2003. Su función fue similar a la de Megía Dávila, encargándose de estar al servicio de cualquier eventualidad relacionada con el ejercicio arbitral.

Zariquiegui, el precursor

"El arbitraje es un mundo especial, en el que la gente que hemos formado parte del mismo tenemos más facilidad para entendernos rápido", explicaba en 2009, precisamente cuando el Real Madrid incorporó una figura similar. "Veo lógico este movimiento y la controversia se produjo más por anunciarse antes de que Megía dejase de ser árbitro de modo definitivo", argumentaba.

El camino para todos ellos lo abrió Daniel Zariquiegui, árbitro internacional, directivo y delegado de Osasuna durante 23 años. "Disfruté de él como árbitro. Luego como directivo y delegado del equipo en mi época de entrenador. Sabía convivir con los jugadores, les llevaba el aire fenomenal, animaba los viajes. Era el delegado perfecto", dijo de él Pedro Mari Zabalza, exjugador y extécnico del equipo rojillo. El trencilla navarro debutó en la máxima categoría con 25 años y fue el más joven en su época en hacer en Primera.

También detentó durante años el récord de partidos dirigidos, hasta que fue superado por Mejuto González, otro de los que cambiaron el impartir justicia en el campo a saber gestionarla desde la banda. Si se analiza equipo por equipo del fútbol profesional, la vinculación entre el colectivo arbitral y los clubes es común y natural, pero desde una perspectiva transparente, donde los colegiados, merced a su experiencia, asesoran y son un valor añadido en el desempeño de las entidades deportivas.