Carlos Alcaraz conquistó este domingo su tercer torneo Masters 1000 y recuperó el número 1 del mundo al desbancar a Novak Djokovic tras batir en la final de Indian Wells a Daniil Medvedev, el jugador más en forma del momento. El murciano fue capaz de convertir el duelo en casi un paseo, desarbolando a un rival que solo fue capaz de sumar cinco juegos. Después de poco más de una hora y diez minutos de partido, Carlitos se alzó con el torneo en el que el año pasado explotó para el gran público estadounidense tras alcanzar las semifinales, donde cayó frente a Rafa Nadal.

Pese a las dudas que había generado por la lesión que sufrió en la final de Río de Janeiro, Alcaraz completó un torneo perfecto, ganando todos sus partidos sin ceder ni un solo set y mostrándose intratable con su saque.  El marcador final de 6-3 y 6-2 deja clara la superioridad del expreso de El Palmar, que se une a Rafa Nadal como el segundo jugador en la historia en ganar tres Masters 1000 antes de cumplir 20 años.

Alcaraz tenía un desafío mayúsculo. Enfrente estaba un jugador que había ganado de forma consecutiva los últimos 19 partidos y que había conquistado ya este año tres torneos. El tenista más en forma del mundo, en definitiva. Y encima, el murciano tenía que soportar la presión de saber que sería de nuevo el número 1 del mundo en caso de ganar su tercer Masters 1000.

De un plumazo, con un inicio arrollador, el murciano anuló a Medvedev, impotente, sin recursos para frenar el ciclón que se le vino encima. Con una templanza simplemente espectacular y con un servicio demoledor, se anotó el de El Palmar los tres primeros del partido, rompiendo el servicio en el segundo por primera vez al ruso. Fue en el cuarto, después de disponer de dos ventajas, cuando logró estrenarse el ruso que, en cualquier caso, estaba muy incómodo, casi sin poder mantener un peloteo desde el fondo de la red. A partir del 3-1 ambos jugadores mantuvieron su servicio, pero con el pupilo de Juan Carlos Ferrero resolviendo con mucha facilidad y llegando al 6-3 en solo 34 minutos de juego.

Desorientado y sin ideas para atacar a Alcaraz, el ruso se marchó a vestuarios, intentando ordenar su cabeza. Pero al regreso le calló un chaparrón impresionante de un jugador de sólo 19 años que jugaba como un veterano de 35. En un santiamén, restando con una tranquilidad pasmosa, Alcaraz ganó los dos primeros juegos -en el primero le rompió el servicio- del segundo set dejando a su oponente en blanco. En el tercero volvió a lograr la rotura el murciano, que se disparó con un 3-0. Pero la diferencia no solo estaba en el marcador, también en las sensaciones y en el juego. Llegó a situarse con 4-0 el primer cabeza de serie del torneo en un partido marcado por el viento en la pista. Pero la confianza de Alcaraz era tal, que después de lograr Medvedev su primer juego, no perdió su sitio en la pista. No logró conquistar el título como en Madrid, en un partido ante Stefanos Tsitsipas que duró una hora y dos minutos. Pero se quedó muy cerca después de poner el 5-1 en el marcador.

Con el público entregado y rendido a su juego, el murciano cedió el séptimo juego (5-2) y se situó en disposición de cerrar el encuentro con su servicio. Medvedev tuvo una reacción de coraje, pero en la segunda bola de partido, cerró una final mucho más fácil de lo previsto con un buen primer servicio que el ruso devolvió fuera.

El triunfo en Indian Wells devuelve a Carlos Alcaraz al número uno del mundo con 7.420 puntos, con 260 puntos más que Novak Djokovic. El próximo reto para el murciano es el Masters 1.000 de Miami, que ganó el año pasado.