Karate

Cuando la sencillez se impone a la tormenta mediática

Paola García, reciente campeona de Europa de karate, despierta en la absoluta normalidad y asegura que su día a día "no cambiará, salvo que tengo una felicidad por dentro increíble"

Paola García en Guadalajara

Paola García en Guadalajara / RFEK

Amanece en Madrid y suena el despertador al filo de las siete de la mañana. Como un día cualquiera, Paola García madruga para su entrenamiento matinal. El primero del día. Para a media mañana y se marcha a su colegio en Coslada, especializado para combinar una rutina deportiva de elite con la formación académica. Sale sobre las cuatro, lo justo para tomar algo y volver a entrenar. Hasta el anochecer. Y así, prácticamente a diario. Esta semana no será diferente, salvo por un ligero detalle: lo hace como campeona de Europa de karate absoluto en kata.

«Mi vida no cambia mucho. Haré la rutina de siempre. Iré a clases, a entrenar, estudiaré a diario y todo lo habitual. Simplemente cambia en que tengo una felicidad por dentro increíble. Veo las fotos y los vídeos y aún se me saltan las lágrimas», confiesa. Y es que dentro de ese cuerpo que sobre el tatami parece más el de una máquina que el de un ser humano, hay una joven repleta de sueños que empiezan a cumplirse. 

A sus 17 años, es consciente de todo lo que ocurre a su alrededor. No debería ser así, pero su nivel de madurez mental va en consonancia con su talento deportivo. Es una adelantada a su tiempo. Lo controla. Lo sabe gestionar. 

«He vivido una tensión y unas alegrías brutales. Poco a poco voy asimilando lo que hemos conseguido». Habla en plural. Lo hace a menudo. No quiere nunca individualizar sus triunfos, pese a estar en un deporte completamente individual. Habla siempre en plural porque lleva en el saco a su equipo. A su entrenador, Manuel Capetillo; a su preparador físico, Iñaki; a sus compañeros del Kumo Sport; a su hermana Marta; a sus padres que están siempre detrás. Habla en plural porque sabe que, ese detalle, le hace más fuerte.

Profesionalización

Paola compite contra las mejores y contra el tiempo. Por edad, es una afortunada. Pero sabe que esto es karate. «Realmente, no puedo tener las mismas condiciones que una persona de más edad, que tiene quizá más estabilidad y se dedica cien por cien. Yo estoy estudiando. Necesito seguir formándome porque mis estudios es algo que no voy a dejar. Eso quizá sea un hándicap, pero no me molesta estar tantas horas haciendo karate» dice con seguridad milimétrica. En su horizonte, sus estudios de criminología. En su presente, una brillantísima carrera deportiva. 

A Paola no le incomodan los flashes, pero se siente más cómoda en la absoluta tranquilidad. Es amable, cercana y empática en todas las entrevistas, pero nunca la verán buscando una ventana de protagonismo. Sabe que el éxito no está ahí, sino en la perseverancia del trabajo. 

El abrazo de Paola con su madre tras ganar la final

El abrazo de Paola con su madre tras ganar la final / RFEK

«Realmente iba algo a ciegas a este campeonato. No tenía una referencia clara de mis competidoras porque era la primera vez que me medía a ellas. Tampoco sabía que visión podían tener ellas de mí. Mi idea era hacerlo bien y que gustara. Y si no hubiera ocurrido, aprender para buscar la fórmula».

Una vez, tomando un café con la ahora campeona de Europa, reconocía que «perder ayuda a crecer porque te hace ver las cosas de otra manera». Eso, con 16 años, sólo está reservado a mentes preparadas por la naturaleza. Al más puro estilo Rafa Nadal. 

Familia

Reconoce la almendralejense que ha sido el campeonato más especial de todos. No puede dejar de olvidar ese abrazo con su madre Toni y con su hermana Marta tras la victoria. «Marta está disfrutando casi más que yo. Sé lo que me quiere y me encanta compartirlo con ella». Tampoco se olvida de la gente de Extremadura. «Los siento muy de cerca, aunque esté muchas veces fuera de España. Sé que en Extremadura se me aprecia muchísimo».

Son días especiales para Paola García Lozano, pero al mismo tiempo, ella prefiere que sean días parecidos a los de antes. Porque en esa rutina habitual, en ese entorno de sencillez y tranquilidad, reina la fortaleza de esta campeona de Europa. 

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