Baloncesto. LEB Oro

Julen Olaizola, el ‘gladiator giputxi’ del Cáceres

El pívot vasco, que llegó a pensar en la retirada, va dejando atrás sus problemas de rodilla para ayudar con su trabajo oscuro a que el conjunto verdinegro salga de la zona baja

Hacia el aro. Julen Olaizola, en un partido de esta temporada.

Hacia el aro. Julen Olaizola, en un partido de esta temporada. / Carla Graw

Es uno de esos jugadores que pasan inadvertidos o incluso mal si no se ha visto un partido y hay que guiarse únicamente por las estadísticas para intentar analizarlo. A Julen Imanol Olaizola González (4-3-1993, San Sebastián) nunca le ha importado lo más mínimo eso: lo suyo es trabajar para los demás, un caso extremo de estajanovismo, como el de esos ciclistas que se sienten recompensados al deberse a los líderes del equipo, tanto tirando del pelotón como yendo a por bidones de agua.

4 puntos y 3,3 rebotes en 18 minutos, registros casi calcados a los de la pasada temporada. No, los números no retratan la cantidad de veces que el pívot rival no logra anotar porque Olaizola le defiende con fiereza o cuando Kostas Vasileiadis o Kenny Hasbrouck aciertan desde lejos gracias a un sólido y casi terrorífico bloqueo suyo. 

Ocurrió por ejemplo el viernes pasado ante el Bueno Arenas Albacete, cuando Roberto Blanco apostó por él en los primeros minutos del tercer cuarto en detrimento de los otros dos ‘cincos’ del equipo, Sasa Borovnjak y Vaidas Cepukaitis. El técnico sabía que Cáceres necesitaba dureza y competitividad para despegarse en el marcador, aunque fuese sacrificando anotación bajo tableros, el gran problema de Olaizola. Y le salió a la perfección. Con él en pista en 16:03 minutos --y esta estadística sí le deja bien-- el equipo obtuvo 15 puntos de diferencia respecto a su rival. Nadie pudo esgrimir un registro mejor.

Sufrimiento

No ha sido fácil llegar a este momento de moderada satisfacción, con el equipo saliendo de la zona de descenso por fin. En realidad, la temporada ha sido un calvario para el pívot vasco, que ha arrastrado persistentes e intensos dolores en una rodilla que le obligan a jugar con una aparatosa protección. «Tarde o temprano se romperá», pronosticaban a nivel interno. Y de hecho ese fue uno de los motivos para incorporar a Borovnjak procedente del HLA Alicante.

Sin embargo, nunca quiso descansar, aunque sí tuvo una pequeña rotura fibrilar que le llevó a ser baja varios partidos, comiéndose las uñas en el banquillo, donde su ayuda debía ser limitada. Un secreto de esa época tan difícil fue que llegó a considerar la retirada del baloncesto de forma prematura (30 años), harto de no sentirse a gusto con un cuerpo que cuida al máximo. De hecho, la posibilidad sigue sobre la mesa cuando acabe esta temporada, dependiendo de cómo ande su cuerpo. Pero antes hay que terminar el trabajo: lo que a él le va.

Kostas Vasileiadis no tiene una rotura fibrilar en el gemelo

Kostas Vasileiadis no presenta ninguna microrrotura en el gemelo, tal y como se temía en el Cáceres Patrimonio tras la primera exploración al jugador griego. Una segunda revisión ha determinado que no ha rotura fibrilar, «lo cual acorta mucho el plazo de recuperación», informa la entidad verdinegra. No obstante, el jugador no estará disponible para el duelo de este viernes ante el Ourense en el Multiusos (20.45 horas) y se verá si puede estar para el del miércoles en Palencia, aunque tampoco parece muy probable que juegue. 

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