Fali, en el eterno recuerdo de Cacereño y Valencia

Rafael Bernal, Fali, era un media punta de muy apreciable calidad técnica con pasado en el Diocesano, el Cacereño y el Don Benito, que firmó por el Valencia para lo que estaba empezando a ser una muy buena carrera como profesional. De hecho, debutó en el Cacereño en Segunda B con solamente 17 años. Pero todo aquello se truncó para dolor de todos los que le querían, que eran legión. El próximo 6 de septiembre se cumplen 21 años de su fallecimiento en accidente de tráfico, acaecido en Motilla del Palancar (Cuenca).

Desde entonces no se le ha olvidado. Más bien al contrario: siempre ha estado presente. Se le han hecho reconocimientos en todos los clubs donde estuvo. Incluso se puede ver que en el triangular que disputaron Don Benito, Cacereño y Valencia B el ahora entrenador del Cacereño, Julio Cobos, entonces futbolista verde, participaba en ese tributo del 12 de septiembre de 2003, un año después de su muerte. Estuvieron entonces una representación del mundo del fútbol regional: Ángel Marcos, Juan Carlos Moreno, Domingo Suero, Manuel Velarde, el árbitro Pajares Paz... El Valencia B trajo a históricos como Voro, Camarasa, Bossio o García Pitarch.

También desde hace unos años las pistas de fútbol 7 del Nuevo Cáceres, justo detrás del Multiusos, llevan su nombre.

Este domingo, antes del Cacereño-Valencia, el malogrado futbolista fue el protagonista por el cariñoso recuerdo que tuvieron hacia él dos de sus clubs con los familiares

Fue, sin duda, el momento emotivo de la jornada. Se veía claramente reflejada esa emoción en las caras de la madre y la hermana de Fali mientras recibían el cariño de los representantes de ambos clubs, los capitanes de los dos equipos y un largo, larguísimo aplauso desde la grada.

El ambiente en el Príncipe Felipe era de día grande. Ni la lluvia lo impidió. La grada presentaba uno de los mejores aspectos de la temporada (4.348), quizás solo superada por el histórico duelo de Copa ante el Madrid. No pudieron celebrar una victoria, pero no pararon de animar. Y se fueron enfadados con el árbitro.                                                                                                                          

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