Messi no ha recibido aún una oferta del Barcelona

Leo Messi ganó la Ligue 1 con el PSG el sábado. El domingo voló a Barcelona para ver a Coldplay en el último concierto del grupo de Chris Martin en la ciudad. Y el lunes, con el Viva la Vida aún zumbando en sus oídos, comió en el restaurante junto al Turó Park que se ha convertido últimamente en favorito de la cúpula del FC Barcelona. Nada barato, por supuesto. Comió con Jordi Alba y Cesc Fàbregas, no con Joan Laporta, que a esas horas cogía un vuelo hacia Arabia Saudí en uno de sus viajes misteriosos en avión privado. Hoy está previsto que regrese a Barcelona para la gala de 'Culer de l'any' que organiza el diario Sport.

Messi y Laporta estaban ayer físicamente tan lejos como el acuerdo para su retorno de su exilio parisino de hace dos años. Entre ambos apenas ha habido apenas un intercambio de whatsapps, así que la relación sigue igual de precaria. El presidente, pese a todo el ruido promovido desde el propio club, no ha trasladado aún ninguna oferta al campeón del mundo. Puede que la familia del jugador desee regresar a la casa de Castelldefels y presione para ello, pero de momento la entidad azulgrana no ofrece ningún cabo al que agarrarse al delantero.

Resolver el futuro

A sus 35 años, Messi debe dilucidar pronto dónde rematará su inigualable carrera. Ya avanzó su padre en un comunicado reciente que en cuanto acabe la temporada en la liga francesa (queda una única jornada, el próximo fin de semana), tomará una decisión. No parece que vaya a seguir en el PSG y Arabia Saudí le posibilita hacerse obscenamente rico (aparentemente, unos 500 millones al año), aparte de ser una opción concreta y real. Es probable que cuente con otras ofertas. El Barça, por su parte, ahora mismo solo puede ofrecer incertidumbre, justo lo que Messi quiere rehuir.

El club azulgrana sigue pendiente de que LaLiga de Javier Tebas dé su veredicto sobre el plan de viabilidad y el límite salarial que le corresponde, que irremediablemente conllevará la venta de jugadores del primer equipo. Messi debería esperar a que todo ello se materializase antes de sentarse a negociar las condiciones de su nuevo contrato, muy a la baja, qué remedio. Visto racionalmente, el Barça parece para él, gato escaldado con los gobernantes actuales, una opción muy poco fiable y sujeta a una angustiante espera. Y resulta lógico que el rosarino no quiera guardar al final del mercado y pretenda resolver su futuro lo antes posible. Existen logísticas familiares a tener en cuenta.

Xavi se ha convertido en el principal enlace del Barça con Messi. Les une una genuina amistad de excompañeros. El entrenador, claro, siempre declara que la decisión depende del argentino, como no puede ser de otra manera. "Leo se ha convertido en casi medio centrocampista. Casi como un media punta. No hay ninguna duda de que nos ayudaría", apuntó con una pizarra en la cabeza.