«A partir del 1 de junio esto [el Cáceres Patrimonio de la Humanidad] tiene que ser un crucero, que no haya otra parálisis. Es fundamental saber hacia dónde vamos a caminar, con las limitaciones que hay, pero teniéndolo claro». Lo dijo el pasado miércoles Alberto Blanco, utilizando una metáfora marítima como hombre criado frente al océano que es. Pero ni él mismo ha comunicado al club que continuará como en su puesto de director general deportivo. Más bien lo que ha hecho, según distintas fuentes, es pedir a la junta directiva unos días para aclarar su renovación, alegando motivos estrictamente personales.
Públicamente, tras explayarse en la rueda de prensa de hace una semana, mantiene un hermetismo total, celoso hasta el extremo en controlar la información que se difunde. Pero muchas de las decisiones que hay que tomar pasan por él, siendo probablemente la más importante si sigue Roberto Blanco como entrenador.
Múltiples contactos
La paradoja que es Alberto Blanco continúa trabajando con intensidad para el club estos días, impulsando lo que sería una ‘botadura’ extraoficial del crucero que se pretende que sea el Cáceres en la temporada 2023-24. Del casi naufragio de la que acaba de concluir se culpa a haber empezado demasiado tarde la planificación, aunque el propio director general deportivo reconoció que la plantilla estaba «semiconfeccionada» cuando rubricó su propio contrato a finales de julio del año pasado.
Ese contrato sigue en vigor y expirará en pocos días, por lo que su obligación es efectivamente trabajar, ya sea allanando el camino para su sucesor o bien para sí mismo, con sus propias ideas. Su actividad está resultando frenética, tanto en el plano deportivo, emprendiendo contactos a distintos niveles, como en el organizativo.
Algunas iniciativas ya se han emprendido dentro de la tripulación, aunque no ha quedado claro cómo se ha decidido la marcha del hasta ahora entrenador ayudante de Roberto Blanco, Iago Castro, que era una persona de su máxima confianza con la que ha trabajado muy estrechamente durante los dos últimos años. Es otro detalle que podrá empujar a pensar que el técnico no continuará en el banquillo.
Habrá que seguir esperando para que el barco se deje ver a mar abierto y muestre su rumbo, para lo que el club también espera reunirse con los nuevos responsables de las instituciones y conocer cuál será el grado de ayuda.
