Que la Segunda Federación es un melón por abrir es algo que ya se había descubierto en las últimas temporadas. Pero que la de este año iba a estar muy verde a las primeras de cambio era algo que no se había visto venir, al menos, los que controlan estas categorías. Y es que después de tres partidos, duele la vista ver a Badajoz y Villanovense cerrando la tabla clasificatoria en el grupo 5. El primero, con una grada ardiendo contra su entrenador, sin puntuar. Y el segundo, impropio de su regularidad, todavía sin marcar.
El contrapunto, de momento, lo pone el Cacereño, que si bien no encontró su mejor versión en el último empate ante el Getafe B (0-0), sí se puede decir que está sumando en todas las jornadas y logrando algunos de sus objetivos, como ser sólido en defensa. De hecho, el equipo de Julio Cobos es el único del grupo que ha logrado dejar la portería a cero en los tres partidos para alegría de Robador, su portero, que luce inmaculado. Pero ese dato no debe empañar la falta de lucidez del último Cacereño en el Príncipe Felipe, maniatado por el Getafe B y con muchos problemas para generar ocasiones, que según los entrenadores es casi más importante que marcar goles. Al menos, eso dicen. El Cacereño pierde a Lobato para el desplazamiento a Canarias para jugar ante el Mensajero.
El que pierde su imbatibilidad es el Llerenense, que conoció de primera mano cómo se las gastan los grandes del grupo cuando las cosas se ponen feas. Venía el Numancia con el ‘culo apretado’ tras dos derrotas y sacó su cara más efectiva en Llerena (0-2). A Luismi no le preocupa en exceso, y ya ha avisado en sus redes sociales que cabeza arriba y a por los siguientes. El Llerenense, pese a la derrota, dejó una buena imagen. Ahora le tocará visitar al Navalcarnero.
Peores sensaciones está ofreciendo en el inicio de temporada el Montijo. Parecía que la victoria en Soria ante el Numancia iba a despojar de miedos y tensiones al equipo de Emilio Tienza, pero en la última cita ante el Navalcarnero los rojillos ofrecieron otra vez una versión más floja (0-1). Cierto es que mejoró el equipo con respecto al que perdió en la primera jornada ante el Illescas, pero no fue suficiente. Penaliza la falta de gol, como a la mayoría de los extremeños. Las tuvo de todos los colores para marcar el Montijo, pero le falta en realidad un killer con experiencia para desatascar este tipo de partidos. El propio entrenador lo dijo minutos después en sala de prensa:«Era algo que intuíamos que nos podía pasar». Y en efecto, está pasando. Ahora toca pensar en su primer derbi de la temporada que será el próximo domingo en Villanueva de la Serena.
Allí le espera un Villanovense cegado de cara a portería. Resulta curioso que al cuadro serón le ocurra lo mismo que justo le pasó al inicio de la pasada temporada. Le penaliza mucho la falta de gol, pero, sobre todo, preocupa cómo el equipo hizo aguas en Segovia para encajar tres tantos. La derrota en el campo de La Albuera (3-0) desnudó por completo a un Villanovense carente de recursos y con una necesidad imperiosa de mejorar resultados. Y todo pasa por marcar. Porque sin goles, no habrá nada.
Caso aparte merece lo que está ocurriendo en el Nuevo Vivero. El Badajoz sumó la tercera derrota de la temporada en tres partidos, dos de ellas en casa. Si uno sólo se queda con los reportajes, puede creer que el equipo tiene mala fortuna. Y en parte, algo de mala suerte le está acompañando porque fue impresionante el acordeón de oportunidades que tuvo el cuadro blanquinegro para hacer goles ante el Guadalajara. Pero en Badajoz pasan más cosas. Ocurre que el equipo, físicamente, todavía tiene lagunas merced a una mala pretemporada. Técnicamente le faltan algunos fichajes de empaque en algunas posiciones. Y emocionalmente está muy tocado. Divorciada la grada con el entrenador, pero con una directiva que ahora no puede permitirse una destitución y con unas arcas financieras apretadas como los tornillos de un submarino. El Badajoz tiene que ir ahora a Illescas, un recién ascendido. Si Tenorio aguanta esta semana, lo del sábado será una final para él.
