El Periódico Extremadura

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Fútbol. Segunda Federación
Entrevista David Robador Portero del Cacereño

"Que la gente sepa que lo de la portería a cero no es cosa mía"

David Robador, en El Periódico Extremadura este martes. Jesús García

Tranquilo, analítico y seguro de sí mismo, aunque con una humildad preclara. Así es David Pinto Robador, ‘David Robador’ (14 de julio de 1996, Pamplona), portero del Cacereño, que en esta entrevista, realizada en la sede de ese diario, no elude entrar a analizar nada de lo que se le plantea. Incluso se moja especialmente con el entrenador, Julio Cobos, del que subraya su carácter ofensivo.

--Su carrera como futbolista es un tanto llamativa. Siendo un portero del norte prácticamente como profesional solamente ha jugado en el sur…

--Mi formación como futbolista se realiza en Portugal. Después surge la oportunidad de venir al Recreativo en mi segundo año como juvenil. Estoy medio año en el Recre y ese verano recalo en el Granada. Estoy ahí tres años y después más sitios del sur y en Murcia, en el Lorca.

¿Su relación con Portugal viene de familia, no?

Sí. Mi padre es portugués. Se fue a buscar la vida a Pamplona, donde había mucho trabajo y además se pagaba bastante bien. Conoció a mi madre, nacimos mis hermanos y yo allí y cuando tenía dos años decidieron volver a Portugal. Allí prácticamente me he criado. En Pamplona he vivido poco. Me fui a Miranda do Douro, un pueblo que hace frontera con Zamora, a unas tres horas de aquí.

-Fue incluso llamado para las categorías inferiores con Portugal…

Entrené con la selección dos veces: con la sub-15 y la sub-17. Tengo doble nacionalidad. Fui citado en tres ocasioanes, aunque a una no fui por lesión. En categorías inferiores puede ser más sencillo ser llamado por Portugal, no por el nivel, sino porque hay menos jugadores. En mi caso fui de compañero de un portero de United, otro del Oporto y otro del Benfica. Es difícil.

-¿Y si le ven sus números en España?

No, no. Al final de Primera para abajo no miran. No cuentan.

--Responde al perfil de portero alto y seguro. Todavía no se le ha visto mucho, de todas formas.

Es verdad. Quitando el día de Getafe con alguna que paré, cierto. Tengo ganas, pero ojalá me tire todo el año sin que me tiren ninguna.

--Con esas condiciones y esa altura, ¿por qué no ha llegado más arriba en el fútbol?

No lo sé. Siempre he pensado que hay porteros y jugadores de campo que nacen con estrella y otros estrellados. Yo me considero de los segundos. El fútbol te pone donde te tiene que poner: he hecho buenos años y no han salido cosas. Solamente sé que estoy feliz donde estoy y muy contento con mi trayectoria. Soy un currante, y si las cosas tienen que salir saldrán. Y si no, pues también.

--De todas formas, los porteros tienen una trayectoria más amplia por lo general, por lo que le quedan muchos años aún.

Buffon se retiró con 45. Hay porteros con 38-39… Diego López e incluso en nuestro grupo el portero del Numancia, Dorronsoro, con el que coincidí en el Lorca, que tiene 39. Todavía hay tiempo. Ojalá el cuerpo y el fútbol me permitan estar mucho tiempo más. Es con el sueño y la predisposición con la que me levanto todos los días, que es intentar estar lo más arriba posible y ser cada día mejor que el anterior. 

--Lleva cuatro partidos en el Cacereño sin encajar un gol. ¿Se lo esperaba?

Sabía que Cáceres iba a ser un sitio importante, que íbamos a hacer un buen equipo. A algunos jugadores ya les conocía y también la manera de trabajar del míster y cómo son sus equipos. Es verdad que igual no me esperaba lo de los cuatro partidos sin encajar, pero quiero que la gente sepa que esto no es solamente una cosa mía, de David Robador portero, sino del Cacereño equipo. Al final todos contribuimos. No es algo personal. Todos tenemos nuestra función. A cualquier entrenador de porteros o entrenador de equipo que le preguntes te dirá que lo más importante de un meta es evitar y si evitas que te tiren evitas que te marquen. Y eso es lo que yo intento a través de la comunicación y de la seguridad que intento transmitir a mis compañeros.

--Algo debe tener de especial porque sus números como portero son muy buenos…

Sí. Hace dos años, con el San Roque, en el mismo grupo que el Cacereño salí Zamora, con 13 porterías a cero. El año pasado igual, 13. Es verdad que los números se van estabilizando y voy haciendo temporadas más regulares, pero lo digo siempre: lo único que intento es ayudar a mis compañeros y la mejor manera es, a través de la comunicación, que puedan cerrar esos espacios y hacer esas marcas para que no nos rematen.

-¿Qué puede decir del vestuario del Cacereño?

Me ha sorprendido para bien. Tenemos un grupo humano muy bueno. Desde el primer día que llegamos cualquiera te ayuda y pregunta que si tienes piso, que si la zona, que si quieres algo… Me acuerdo el primer día, no sé si fue Clausí o Iván, nos mandaron una lista con 10 o 12 restaurantes para ir a comer. Eso te habla de la preocupación por si estamos adaptados o no. Tanto los compañeros como el míster han estado de 10. Es un grupo humano y profesional muy bueno. 

--Con ese grupo, ¿dónde cree que puede llegar el Cacereño?

Vamos partido a partido, poco a poco. Es verdad que no hemos tenido el inicio que todo el mundo esperaba, pero yo estoy contento. El fútbol nos pondrá donde tengamos que estar y llegaremos donde sea nuestro sitio. Ojalá sea lo más arriba posible.

--Es verdad que no se encaja, pero tampoco el equipo mete goles. ¿Cómo lo ve?

En el fútbol son rachas. Hay veces que tiras 10 veces y no marcas y otras que no tiras ni una y marcas. El año pasado en Vélez no tiramos ni una vez, pero ganamos porque ellos se hicieron dos goles en propia puerta.Hay días así: el otro día, ante el Mensajero, tiramos cuatro veces y pasan dos-tres rozando el palo y otra que para el portero. Llegará un día que lancemos cuatro y metamos cuatro goles y otros 12 y no hagamos ni uno. Estoy muy tranquilo con el ataque que tenemos: hay mucha pólvora y muy buenos jugadores arriba. En cuanto entre una nos van a empezar a entrar todas.

El portero del Cacereño, desarrollando una respuesta durante la entrevista. J. García

¿Cree que el Cacereño es realmente ofensivo?

Sí. Intentamos jugar de manera ofensiva. Es verdad que hay días que el campo no ayuda ni tampoco los rivales. Al final, la Segunda Federación ya empieza a igualarse: no es igual que la conocimos al principio, con 5 equipos canarios y teníamos 15 puntos asegurados. Este año ya es más difícil. Ocasiones creamos. Me gustaría que los aficionados viesen una semana de entrenamientos. Y verían cómo todo el trabajo es muy ofensivo.

--Ha firmado por un año en el Cacereño. ¿Con opciones a más?

No. Ya se verá. No sé qué pasará y cómo irán las cosas. Al final de temporada habrá que ver qué piensa el presidente, Francis (Bordallo), el director deportivo o el míster y hablar. Vivo el día a día, estoy muy feliz. Si me preguntaras ahora: ¿te quedas otro año? te diría que sí, pero al final no depende de mí.

-¿Cómo es la vida de un futbolista de su perfil en Cáceres?

Estoy muy bien desde el primer día que nos instalamos. He venido con mi mujer, Enka, y mi niña de año y medio, Khloe. A mi mujer la conocí en Granada. ¿Qué cómo lleva lo de que yo sea futbolista? Bien. Sufre porque nos mudamos, cambiamos de sitio y tiene que sacrificar trabajo, amistades y familia, pero está muy bien. Le gusta mucho Cáceres y la niña también está muy feliz.

¿Qué opinión tiene sobre le tema Rubiales sobre el problema de la selección de fútbol femenina?

Es un problema complejo. Solución tiene que haber, que es solamente una. Ojalá sea así y que ellas tengan sus derechos y sus privilegios. Yo tengo una hija, y mi hija vive el fútbol y el balón y papá. Si ella quiere al final dedicarse a estos yo voy a querer lo mejor. Hubo un abuso de poder desmedido y ojalá se arregle todo.

¿Cuál cree que puede ser su futuro después del fútbol?

Tengo el nivel uno de entrenador y quiero hacer el dos. No sé si me voy a dedicar a ello, quién sabe, a lo mejor algún día. Me gusta, me llama el tema. ¿Cuestión de carácter? No hay que ir con puño de hierro para ser entrenador. Lo esencial en el fútbol no es imponer, sino que el entrenador ‘venda’ a los jugadores su idea, y los jugadores decir: ‘vale, te la compro o no te la compro’. Cuando te imponen las cosas no te gusta.

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