El Mérida recibió el sábado un vapuleo del Castellón de los que son muy difíciles de ver en esta categoría, no solo en el resultado (5-1), sino en las sensaciones que dejó el partido. Los emeritenses tienen que agradecer que los jugadores del líder no mantuvieran en la segunda mitad el ritmo de la primera, porque si no el marcador podría haber sido escandaloso.
Cierto es que los emeritenses se presentaban al choque con seis bajas anunciadas más las de José Andrés y Escardó, que viajaron, pero no jugaron por sendas lesiones. Pero eso no es óbice para no estar «a la altura, a nivel de intensidad, de duelo y de carácter. Dando por hecho que tienen más calidad que nosotros, en ese fútbol sin balón no hemos estado a la altura. Nos han metido cinco y han dado más patadas que nosotros», analizaba Rai Rosa, entrenador romano, al final del partido. Incluso el gol recibido a los 18 segundos de la reanudación lo describía como «una falta de concentración total».
De las ocho bajas, seis son futbolistas ofensivos, por lo que se antojaba complicado que el equipo pudiera generar muchas acciones de peligro. En este sentido, Akito fue el resorte donde apoyarse para mirar hacia la portería contraria. Suyas fueron las jugadas más peligrosas y de sus botas salió el disparo que terminó desviando José Elo para poner el dos a uno.
Sin embargo, se esperaba que los emeritenses pudieran ser un equipo rocoso y las carencias se mostraron en el bagaje defensivo, con actuaciones individuales por debajo de las prestaciones que se presuponen, y con un sistema colectivo que hacía aguas, a pesar de ser teóricos titulares. «Ellos llegaban de segunda línea y nosotros no los hemos seguido, con lo cual los cuatro de atrás estaban muy vencidos, en inferioridad en área y ellos ahí lo hacen muy bien», explicaba Rai. Desde hace varios partidos el Mérida está mostrando que en la parcela central tiene un problema. El cuadrado de seguridad que deben montar entre los centrales y el doble pivote no está funcionando. Los mediapuntas rivales están sabiendo encontrar ese espacio para generar peligro.
El palo ha sido muy duro, especialmente por la imagen dada, por lo que el encuentro del sábado (20.00 horas) en el Romano José Fouto ante el Antequera toma un cariz trascendente, no a nivel clasificatorio, pero sí para despejar fantasmas en el entorno y que no se produzca un distanciamiento entre el equipo y la grada después de las tres derrotas consecutivas y el varapalo vivido en Castalia. Aunque siempre se dice que lo más importante es ganar, quizá para el Mérida, el sábado lo más importante sea que la afición se vuelva a divertir con su equipo como hizo, por ejemplo, en la primera jornada ante el Linares.
Para conseguirlo no queda otra que «seguir trabajando y rezar para recuperar lo antes posible a los que nos están». En este sentido, vuelve Jorge Padilla tras sus dos partidos de sanción y se espera que José Andrés esté perfectamente recuperado de la luxación de hombro y que Álex Escardó haya superado sus molestias físicas.