El Periódico Extremadura

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Escalada. Campeonato de España de Velocidad y Bloque

María Paredes y Alejandro Crespo, escaladores medallistas vocacionales

La escaladora de Caminomorisco y el escalador de Tornavacas cuentan las dificultades y el esfuerzo especial que les han conducido a la cima en Cáceres

Los dos deportistas, especialmente agradecidos a las referencias que han sido Javi Cano en sus evoluciones y el ejemplo de Alberto Ginés

María Paredes y Alejandro Crespo, expresando su satisfacción. Javi Pec / b3sportainment

A las 9.30, puntual a la hora de la cita, María Paredes Ramos (Caminomorisco, 21 de julio de 2002) aparece sonriente en la puerta del Centro de Tecnificación de la Ciudad Deportiva de Cáceres. Quizá el gesto la delata: acaba de proclamarse subcampeona de España de escalada en la plaza Mayor de la ciudad extremeña. «Hace cinco o seis meses ni me lo hubiera planteado, pero mi cabeza hizo ‘click’ y dijo;voy a intentar ser campeona de España». 300 kilómetros hacia arriba, Alejandro Crespo Cobos (Tornavacas, 13 de marzo de 1998) también está exultante: ha sido bronce en el mismo escenario del evento. «En mayo me lesioné y tuve que ser operado por la rotura de un tendón en el tobillo». Lo cuenta por teléfono un par de horas después. Ya está en Madrid, donde reside, entrena y goza. 

La ‘explosión’ de espectaculares resultados de la escalada extremeña tiene más aristas. El oro olímpico Alberto Ginés; el incombustible Javi Cano; la promesa-realidad Jorge Veiga o el sub-14 Gonzalo Escudero se han subido al podio en casa. En total: 13 finalistas, la mayoría de ellos en el top-10. «Somos el equipo de moda. Estamos en auge. La forma de trabajar ha hecho que tengamos un equipo fuerte en anchura y en la altura de la pirámide. Tenemos una gran base, con deportistas que desde pequeñitos están siendo estimulados correctamente», dice el orgulloso Javi Cano, que ha tenido mucho que ver en las carreras de Paredes y Crespo, de quienes exalta su entusiasmo y entrega en el día a día. 

Pero llegar arriba tiene una larga y esforzada intrahistoria detrás. «Me subía a todos los lados:a los árboles, las farolas... un día mis padres me llevaron a un rocódromo de las fiestas de Salamanca y me gustó un montón. Mis padres tenían miedo y me dijeron que si me llevaban un día a la semana a Plasencia a escalar tenía que dejar de subirme en todas partes». María Paredes tenía entonces seis años. «Después abrieron un rocódromo en mi pueblo, y empecé a ir dos veces por semana. Después subió mi nivel y me llevaron otra vez a Plasencia. Mi hermano Javier también venía», relata la escaladora con el acento de sus padres, charros que trabajan en Las Hurdes.

«En mi pueblo no había más opciones que fútbol y poco más. Me surgió lo de la escalada y ya está. Vi que mejoraba y me superaba a mí misma. Si hubiera vivido en otro lado a lo mejor hubiera probado con la natación o el atletismo, pero como nació de mí empezar en este deporte siempre he seguido en él en ese camino», comenta María un rato antes de emocionarse, como hizo el domingo anterior con lo que le sucedió, cuando su compañera, rival y amiga ‘Izi’ le animó aun sabiendo que le podía quitar la medalla de plata. 

María Paredes, en pleno esfuerzo. Javi Pec /b3sportainment

No, no lloraba por no ser oro. Lloraba por el gesto deportivo de su oponente. «Al salir me dijo: ‘estás en casa, disfruta’, sabiendo que podía superarla. Lo di todo y no encadené ese bloque. Si ella lo hacía quedaba segunda. A mí me daba igual que fuese plata o bronce. Después de que ella hubiese sido tan humilde deseándome lo mejor, quería que ella lo encadenase y yo fuese bronce. He llorado muchas veces con las derrotas».

«Fui campeona de España universitaria este año, el pasado subcampeona, pero soy bastante insegura y nunca me he visto a nivel de podio de campeonato absoluto. Esta gente está yendo a pruebas internacionales, pero no he estado en la selección española como tal. Nunca me he creído estar a ese nivel». Todo ha cambiado. 

El cambio

«He tenido apoyo psicológico también al empezar a trabajar con una profesional, Inma Garrido. Ella me lo dijo: tu mayor cambio psicológico fue cuando expresaste que quieres ser campeona de España. En la Copa de España desde este año, que en la primera quedé en el puesto 14 y en la segunda acabé cuarta. No significa que en la primera no tuviera el nivel, significa que en la segunda fui sin presión, escalando como yo sé. Me dije: ostras, tengo opciones de podio, que estoy aquí», cuenta siempre con pasión la escaladora. 

Paredes es todo emotividad. «Cuando terminé y me vino a felicitar Javi Cano para decirme ‘lo hemos conseguido’, lloraba de alegría porque ese sueño se había hecho realidad. Muchas veces la competición es muy desagradecida. Este esfuerzo, igual que salió bien, podría haber salido mal. Aunque yo tuviese el nivel para quedar segunda de España, también para quedar séptima. En la escalada un mínimo error… mi amiga Paula Traverso, que ha quedado novena y muchas veces me gana. Igual que ella ha quedado novena podría haber estado yo en ese puesto», asume esta estudiante de Ciencias del Deporte en la Uex que quiere alargar cuanto pueda su verdadera pasión.

Pero a ella le cuesta todo especialmente. No tiene horas de relax apenas. «Estos últimos meses me he levantado a las seis y media, me preparaba, iba al gimnasio, corría, cardio, ejercicios de fuerza, desayunaba y después clase de 8.30 a 13.30 más o menos. Voy en bici a la universidad. En autobús es complicado y no tienes independencia. En clase también hay desgaste físico por ser Ciencias del Deporte y hay que hacer baloncesto, balonmano… y esto también cansa e influye en lo mío. Después como, voy al rocódromo del Multiusos. Me iba 45 minutos antes para hacer suspensiones. Después con el grupo a entrenar. A las 18.00 o 18.30 terminaba, pero Javi Cano ha estado muy entregado y me montaba retos imposibles para mejorar. Ha habido días que me he ido a las nueve de la noche, sola con los retos. Después estiramientos. Después de cenar, un rato con mi pareja, en el momento del día que le veo, en su piso. También voy a clases de inglés».

Para preparar este campeonato , estuvo 10 días en Madrid, «volví a Plasencia y me fui a Francia en rocódromos de Bayona y Burdeos. Nos volvimos y después fui a Jaca a otra competición no oficial, también a Girona, donde tuve unos problemas porque se me infectó la córnea. Llevo yendo a Madrid ‘finde’ sí y ‘finde’ también». Una auténtica locura.

Alejandro Crespo también se lo ha peleado especialmente hasta llegar a instalarse arriba por pura constancia y talento. Fuera de su deporte, ha estudiado un grado superior de Aplicaciones Multiplataforma, una materia relacionada con la informática y la programación. No ha trabajado en ella. Está ahora en Madrid hace dos años centrado en entrenar y competir. Su apoyo es una cadena de rocódromos, Sputnik, con cuya ayuda está especialmente encantado. Es su sustento del día a día, además del que le aporta la Junta según resultados. 

«Me dan apoyo de entrenadores, de fisios, psicólogos, nutricionistas, nos permiten entrenar en sus rocódromos, hacemos concentraciones, nos llevan todo al día, bastante profesionalizado todo», cuenta el escalador de Tornavacas, ¿Profesionales? «Depende como se mire. Al final nos dedicamos sólo a escalar y entrenar. No cobramos lo que cobran los futbolistas, jeje, pero sí somos profesionales. Es difícil ganarse la vida en esto», se lamenta.

A apurar

Como Paredes, espera seguir muchos años disfrutando de su deporte favorito. «Hay que esforzarse mucho, sobre todo económicamente, pero hacer lo que te gusta y disfrutarlo es lo mejor». ¿Hastá cuándo? Creo que la informática la voy a dejar apartada y quiero dedicarme a esto. Tendré que ver la manera y sé que habrá un momento en el que se acabe, pero hay que ir viendo», agrega este deportista humilde que tiene un currículum de primer nivel y que empezó con 12-13 años después de que un muro de su colegio en Tornavacas se cayera por lluvias y se transformara en rocódromo por iniciativa expresa de su profesor Javier González.

«El 2021 fue muy bueno. Gané el Campeonato de España de Boulder, estuve en el Mundial en Moscú y fue quinto en una prueba de la Copa de Europa. Pensé en pelear en la Copa del Mundo y meterme en finales de la Copa de Europa, pero luego vienen lesiones», relata. "El objetivo es estar siempre entre los mejores en España y seguir yendo a competiciones internacionales y con la selección», aduce.

Como a su compañera Paredes, estar en los Juegos Olímpicos es el gran sueño. «Es el máximo, pero ahora mismo solamente hago bloque y es imposible ir a unos Juegos si sólo haces bloque. Si los separan en algún momento y vemos una progresión buena y las lesiones respetan, a ver si con 29-30 años puedo optar a unos juegos», dice.

María y Alejandro asumen y celebran que el protagonismo se haya centrado en Alberto Ginés. Ambos admiran al medalla de oro olímpico cacereño y asumen que sus logros han hecho mucho bien a su deporte. De hecho, la próxima construcción de un rocódromo así lo va a atestiguar. Mientras tanto, ellos paladean una dulce resaca medallista estando entre lo mejor de los mejores y, sobre todo, disfrutando. También de una "gran familia" que son los 28 escaladores de la selección, origen de los éxitos también según sus testimonios.

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