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Primera División

"El 'rubino' ese del balón, ¿quién es?"

El almendralejense Ángel Ortiz se presentó en LaLiga con un memorable debut con el Real Betis, dando una asistencia de gol y encandilando a la afición verdiblanca, que ya está pidiendo su renovación

Ángel Ortiz junto a su hermano Javi y sus padres durante una renovación en el Real Betis.

Ángel Ortiz junto a su hermano Javi y sus padres durante una renovación en el Real Betis. / cedida

Almendralejo

La primera vez que Pilar Monterrey dejó a Ángel Ortiz en la Ciudad Deportiva del Real Betis, con tan solo 13 años, su llanto y tristeza no tenían consuelo. Recuerda que vio a Marc Bartra salir de la ciudad deportiva y prestarse a una foto con Ángel, que todavía era conocido como el ‘rubino’ por los de la casa. «Bartra, trátamelo bien que algún día tiene que jugar contigo» le dijo en tono irónico. Siete años más tarde, a Bartra le dio por lesionarse en el calentamiento del estadio de San Moix, a minutos de arrancar el Mallorca-Betis. El resto, ya lo saben. Ángel Ortiz entró en su lugar de titular en el lateral derecho, se marcó un partidazo descomunal y asistió en el último minuto del partido a Bakambu para hacer el gol de la victoria en su debut en Primera, tras recibir un pase de Isco, que desde hace unos días ya le sigue también en Instagram. Cositas de Primera. 

El fútbol es para atrevidos y para enamorados. Como lo es Ángel Ortiz con este deporte. Con 20 años, su carta de presentación en Primera encandiló a la afición bética y a los miles de extremeños que también estuvieron pendientes de su debut. Muchos en Almendralejo, su casa, donde el Rubino empezó a darle patadas a un balón en los equipos del CP Almendralejo, ahora convertido en la Academia Extremadura. Pero también estuvieron pendientes de su debut en Arroyo de San Serván, de dónde es su madre. Y especialmente en el Bar Pantoja, donde su tío puso a todo volumen la televisión para enganchar a los clientes con su sobrino y el Betis. Cositas del fútbol.

«Desde pequeño ya nos decían que tenía algo distinto», dice su padre, Juan Pedro Ortiz, un profesional de la construcción, autónomo de toda la vida, que se ha gastado parte de sus ahorros en hacer kilómetros y kilómetros detrás del rubino. «Hemos ido a todos los sitios que hemos podido. Y así seguiremos. Somos una piña». 

Su hermano, Javi Ortiz, es otro pilar indiscutible en la vida de Ángel. Tiene 27 años y es jugador del Solana. Y es su primer fan incondicional. «Han sido siempre inseparables. Ángel consulta todo con Javi, que es el mayor. Y han sido siempre uña y carne», relata con orgullo su madre.

Ángel Ortiz el día de su debut en Primera.

Ángel Ortiz el día de su debut en Primera. / Real Betis

Recuerda la familia que un representante de Badajoz estuvo tratándolo de convencer en Sevilla para que fichara con él. El caso es que ese mismo representante había estado viendo al Flecha Negra juvenil de División de Honor, donde jugaba Javi. Y no le sorprendió ningún jugador del Flecha, sino el niño que correteaba en la banda con el balón y hacía diabluras él solito mientras los demás jugaban. Esa era el Rubino: Ángel Ortiz. 

Su descubridor fue Juanma Clemente, cuyos informes convencieron al Real Betis Balompié desde el principio. El almendralejense había seguido muy de cerca a Ángel y en sus informes detallaba el talento puro que escondía su fútbol. Cuando hablaron con sus padres, en el Betis le dijeron: "estos informes nunca fallan". Clemente no se equivocó.

Pero el camino hasta el debut a Primera nunca es sencillo. Ángel se integró en la residencia del Real Betis a los 13 años y ha ido escalando paso a paso por todas las categorías. Ha sido nueve veces internacional con las inferiores de España y hasta poder debutar con el primer equipo ha tenido que estar en varias convocatorias y realizar varios stage bajo las órdenes de Manuel Pellegrini. 

Madurez

«Ha sido siempre un chaval muy maduro. Desde que se marchó a Sevilla, ha tenido muy claro cuál era su objetivo en el Betis y que quería ser jugador de Primera. Es muy tenaz, constante, tiene mucha personalidad y un corazón muy grande». Las palabras de una madre nunca decepcionan. 

Lo cierto es que Ángel también cursa Magisterio en Sevilla y reside con su pareja, que también es de Almendralejo, pero estudiante en Sevilla. «Las academias de estos equipos de fútbol están muy preparadas. Les han formado en muchos aspectos y Ángel ha sido feliz desde el primer día. Ha madurado mucho», reconoce su padre. 

Tanto Juan Pedro como Pilar estuvieron el pasado fin de semana en Palma de Mallorca para ver el debut de Ángel en Primera. Lo decidieron en horas, como suele ser habitual en sus viajes. «Recuerdo que cuando debutó con la selección sub18 jugaba un domingo a las 12 y la noche antes, a las 11 de la noche, aún no sabíamos si viajar. Y jugaba en Murcia. Al final, por supuesto, cogimos coche y nos fuimos».

También era habitual ver al ‘rubino’ merodear con el balón cuando Juan Pedro jugaba en el Extremadura de veteranos.

En apenas 48 horas, Ángel Ortiz pasó de 9.000 a casi 17.000 seguidores en Instagram. Su teléfono no ha parado de sonar y por Google las noticias sobre su posible renovación o futura titularidad con el Betis no paran de correr. Él se lo toma con calma. Sabe que es jugador del filial y que todo esto ha llegado fruto al trabajo y la perseverancia. Es feliz en su mundo modesto y tranquilo. Por eso, tras debutar en Palma de Mallorca, se cogió un coche para Solana de los Barros para presenciar el partido de su hermano Javi de Primera Extremeña. Con la normalidad que le hace sentirse bien. Con la normalidad de un talento que acaba de presentarse en la mejor liga del mundo. Ojalá que por mucho tiempo. 

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