La expansión de las descargas de internet y en los teléfonos móviles ha obligado a incluir unos royalties más altos en los contratos que firman los artistas con sus discográficas, según explica Agustín González, del bufete Uría Menéndez. "Con las nuevas tecnologías, los costes de intermediación se reducen", razona el abogado. Según un informe de la OCDE, los artistas deben cobrar más del actual 10% por cada descarga, que es el mismo porcentaje que ingresan por un disco físico.

En el 2003 existían 50 tiendas de discos on line, una cifra que llegó a las 335 el año pasado. Tienen tanto éxito que en el Reino Unido y en Alemania los compradores legales superan ya en número a los piratas.