Cuando la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, comparecieron ayer para contar las líneas maestras del presupuesto "más austero de la democracia" no eran conscientes de que la rueda de prensa estaba siendo transmitida en directo por una televisión holandesa. Santamaría demudó el gesto cuando el periodista holandés preguntó si el ajuste de 27.300 millones que se acaba de anunciar no acabaría estrangulando definitivamente la economía española. La vicepresidenta salió airosa. Aprovechó la respuesta para explicar a Europa el compromiso de España con la reducción del déficit y con las reformas estructurales.

En la sala de prensa había ayer más periodistas de medios internacionales de lo habitual y eso solo es una muestra de la preocupación que existe en Europa sobre las cuentas españolas. Quizá por eso ni Santamaría ni Montoro quisieron disimular la dureza de los Presupuestos, ni siquiera por haber sido aprobados el día después de que se celebrara una huelga general. "Estamos en una situación límite en lo que afecta a las cuentas públicas y al desempleo", dijo Santamaría. "Hemos previsto un ajuste muy duro" dijo Montoro para referirse a los Presupuestos con los que el Gobierno quiere cumplir los dictados de Bruselas.

UNA SORPRESA EN LA MANGA El Presupuesto incluye un ajuste de 27.300 millones que se apoya sobre una subida de impuestos por valor de 12.314 millones de euros y un recorte de gastos de más de 13.400 millones en las partidas de los ministerios. Hay diferentes ajustes que dan como resultado la citada cifra de 27.300 millones que, según los cálculos del Gobierno, permitirán que el déficit del Estado pase del 5,1% del PIB registrado en el 2011 al 3,5% del PIB en el 2012. Para el conjunto de las administraciones públicas el déficit debe pasar del 8,5% al 5,3% este año. Incluso antes de que empezara la reunión del Consejo de Ministros, el titular de Economía, Luis de Guindos, se vio obligado a dar explicaciones a sus homólogos de la zona euro, reunidos en Copenhague, sobre las cuentas españolas. Guindos se mostró convencido de que los Presupuestos españoles iban a resultar convincentes y estaba tan seguro de ello porque, entre otras cuestiones, llevaba una sorpresa guardada en la manga en forma de amnistía fiscal.

Esa fue la bala que se había reservado el Gobierno para cuadrar sus cuentas sin tener que subir el IVA ni volver a bajar los sueldos públicos.

"España va a dejar de ser un problema para la Unión Europea", afirmó Guindos antes de entrar en la reunión. Pero a la salida, el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, y el representante alemán en el BCE, Jörg Asmussen, volvieron a manifestar sus dudas por las cuentas de las autonomías, informa Eliseo Oliveras.

El ministro Montoro justificó la excepcionalidad de la amnistía fiscal, la primera en 21 años, por la "situación crítica" de la economía española y pasó por alto todas las invectivas que el Partido Popular lanzó en el pasado desde la oposición cuando, siempre según "fuentes anónimas", se propalaba la posibilidad de amnistía fiscal.

"Desde el PP estamos en contra de este tipo de amnistías fiscales. Si se le dice a los ciudadanos que pagan sus impuestos que se les sube los impuestos, y a aquellos que han defraudado a Hacienda que se les va a dar una amnistía... Es tan injusto, es tan antisocial y es tal barbaridad que, desde luego, el PP está en contra", dijo María Dolores de Cospedal en junio del 2010, según se encargaron de reproducir ayer todas las redes sociales.

LOS GASTOS En total, el presupuesto de gastos no financieros del Estado bajará el 6,7% hasta un total 113.870 millones. Si se tiene en cuenta el capítulo VIII, de gastos financieros, el gasto total sufrirá un recorte del 9,6%, hasta 122.083 millones. Con el fin de lograr este objetivo, el gasto de los ministerios tendrá que encajar un recorte total del 16,9% (unos 13.406 millones) que no afectará a las pensiones, al seguro de desempleo ni a los sueldos de los funcionarios (que se congelará).

La partida que sufre un mayor recorte es la de políticas activas de empleo (1.557 millones de euros menos). Por ministerios, el de Fomento encaja un tijeretazo de 3.094 millones (el 34,6%).

LAS CRITICAS "La prioridad del Gobierno sigue siendo el déficit, no el empleo", criticó ayer UGT, que destacó que el recorte aplicado a las políticas de empleo "es muy ilustrativo" de los objetivos del Gobierno.

La patronal CEOE opinó que se trata de un Presupuesto "austero y creíble" para cumplir los compromisos con la UE. "No obstante, el ajuste se basa excesivamente en la elevación de la presión fiscal de las empresas", apuntó la CEOE.

"Nos preocupa el impacto social y económico que pueden tener unos presupuestos tan restrictivos", advirtió, por su parte, CiU. La federación nacionalista también expresó su temor por "los efectos de los Presupuestos del Estado sobre las políticas que ejecutan las autonomías".