La ofensiva contra la tasa a los servicios digitales (DST en sus siglas en inglés) continúa. A la misiva remitida por la comisión de finanzas del Senado de EEUU se ha sumado esta semana una nueva carta enviada por los máximos responsables de dieciséis grandes multinacionales -entre ellas Booking, Spotify, Rovio, Zalando o eDreams- en la que alertan del impacto negativo para «el crecimiento económico, la innovación, las inversiones y el empleo en toda Europa» que tendrá imponer un impuesto del 3% sobre la facturación de las empresas digitales.

«La necesidad de la medida propuesta no está sustanciada por evidencias significativas, ni la legislación en marcha ha sido sometida a una evaluación de impacto exhaustiva», avisan en la carta remitida a los 28 ministros de Economía y Finanzas de la UE. Los ejecutivos insisten en que tasar los ingresos y no los beneficios golpeará con mayor dureza a las empresas que todavía no obtienen beneficios, debilitará la capacidad de las empresas de innovar, y enerará problemas legales, técnicos y políticos.

Por ejemplo, tal y como han avisado algunos gobiernos europeos -es el caso de Irlanda o la República Checa-, la tasa podría llevar a la doble imposición en algunos casos, «particularmente al tasar a los ingresos ya sujetos al impuesto de sociedades en una jurisdicción concreta», y no está claro cómo se garantizará una recaudación fiscal precisa y una notificación que cumpla con la legislación europea sobre privacidad y protección de datos.

«La propuesta ha sido diseñada pensando en grandes compañías rentables pero tendrá un impacto desproporcionado sobre las empresas europeas, lo que resultará en un tratamiento injusto», sostienen. Los ejecutivos alertan de que las posibles represalias de terceros países -como EEUU- podrían complicar el futuro de las empresas europeas que podrían encontrarse con problemas para atraer inversiones de capital y minar el desarrollo del mercado único digital. «Los precios de los consumidores podrían subir porque las nuevas firmas en una fase inicial de desarrollo se verán obligadas a pasarles estos costes y las que no puedan hacerlo sufrirán dificultades financieras», alertan.

DEBATE ENTRE LOS 28 / El envío de la misiva se produce a menos de una semana de un nuevo consejo de ministros de Economía y Finanzas de la UE -el 6 de noviembre- en el que los 28 volverán a discutir la propuesta. Aunque inicialmente la presidencia austríaca de la UE, se había planteado como objetivo lograr un acuerdo político en este encuentro, la falta de apoyos le ha obligado a dar marcha atrás en sus pretensiones y la reunión servirá únicamente para hacer balance de situación, analizar el ámbito de aplicación y la introducción de una cláusula de extinción con la que reforzar las garantías de que la tasa será temporal mientras se pacta otra a nivel internacional.

«Entendemos la preocupación pública y política y estamos dispuestos a contribuir a la reforma de los principios fiscales internacionales para garantizar una fiscalidad justa en una economía global digitalizada. Pero proseguir con la propuesta de DSTsería un paso atrás perjudicial», advierten las empresas.

Solo España ha movido ficha para introducir una tasa de este tipo aunque hay una decena de Estados miembros que han anunciado su intención de legislar o están ya en ello, el último, el Reino Unido que anunció el lunes su intención de tasar a partir de 2020 con un 2% la cifra de negocio las grandes plataformas de internet. Hay bastantes Estados miembros interesados en avanzar en este terreno, pero la unanimidad que exigen las reglas fiscalidad es un obstáculo difícil de superar. «Me sorprendería que hubiera avances significativos», admite un alto cargo.