Vodafone España no atraviesa su mejor momento. En plena negociación de un ERE que afectará a cerca de 1.200 trabajadores, la filial española de la compañía inglesa ha visto reducir sus ingresos totales un 7%, hasta los 1.165 millones de euros en el tercer trimestre de su año fiscal. Una cifra cercana a los ingresos por servicio -los que realmente miden su actividad comercial- que alcanzaron los 1.055 millones de euros, un 7,4% menos que en el mismo periodo del año anterior y se situaron en línea con la caída del 7,2% del segundo trimestre.

No obstante, la operadora empieza a ver la luz con el freno de la caída comercial que provocó la guerra del fútbol al obtener mejores números en diciembre con un saldo positivo de 8.000 clientes de contrato de telefonía móvil y 6.500 de portabilidad fija. Sin embargo, en el conjunto del trimestre, el número de clientes de contrato de telefonía móvil descendió en 94.000 hasta cerrar el mes con 11,5 millones y la cartera de clientes de banda ancha fija se redujo en 6.000 hasta los 3,2 millones.