La lucha por el control de Venezuela se intensificó el miércoles, con la Casa Blanca aconsejando al mundo financiero no negociar materias primas de la nación OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), mientras el mandatario Nicolás Maduro denunciaba planes de magnicidio.

La pulseada entre Maduro y el líder opositor, Juan Guaidó -que se autoproclamó presidente encargado al desconocer la victoria de Maduro en unas polémicas elecciones el año pasado- mantiene en vilo a la nación, que enfrenta nuevas sanciones de Washington a su sector petrolero, fuente del 90 por ciento de sus ingresos, informa la agencia Reuters.

El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, aconsejó el miércoles a banqueros, corredores e intermediarios "no comerciar con oro, petróleo u otros productos venezolanos que son robados al pueblo venezolano".

En represalia por las sanciones impuestas por Washington el lunes, el Tribunal Supremo de Justicia, la máxima corte venezolana y considerada pro gobierno, impuso el martes una prohibición de viaje a Guaidó y congeló sus cuentas bancarias.

El enviado de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams, advirtió a Maduro que no tome medidas contra Guaidó porque sería una "acción extremadamente estúpida".

Un ingeniero de 35 años, Guaidó se ha convertido rápidamente en la cara de una desmovilizada oposición y logró llevar a las calles a cientos de miles de venezolanos cansados de la crisis económica, marcada por la escasez de alimentos y medicinas y una hiperinflación que empujó a millones a emigrar, en el mayor éxodo en la historia moderna de Venezuela.

Guaidó, que encabeza la Asamblea Nacional controlada por la oposición, fue reconocido también por la mayoría de los países del hemisferio occidental y por las potencias de Europa como presidente interino, en el mayor desafío para Maduro desde que asumió hace seis años.

El miércoles, agradeció al mandatario estadounidense Donald Trump por una llamada y dijo que el presidente respaldó su "labor democrática" y ratificó el compromiso de suministrar ayuda humanitaria al empobrecido país. Según la Casa Blanca, los dos quedaron en mantener comunicación con regularidad.

Guaidó busca nuevas elecciones con el argumento de que Maduro ganó un segundo mandato de manera fraudulenta el año pasado. Y para ganar apoyo castrense, ofrece una amnistía a militares y a funcionarios que den la espalda a Maduro.

Pero hasta el momento Maduro cuenta con la lealtad de los militares y es poco probable que retroceda. Rusia y China también son aliados estratégicos, lo que le brinda respaldo diplomático frente a Washington en las Naciones Unidas.

Rusia, que junto con China son dos grandes acreedores del país sudamericano, pidió el miércoles a la oposición venezolana que abandone cualquier condición previa que pueda tener y comience a dialogar con Maduro.

La lucha de Venezuela para pagar sus deudas, incluso a sus aliados Rusia y China, se profundizó con las nuevas sanciones.

Con este escenario, y considerando que el gobierno busca liquidez, la inusual llegada el lunes de un Boeing 777 desde Moscú generó especulaciones dentro de la oposición de que podría ser cargado con lingotes de oro. El Banco Central no respondió a una solicitud de comentarios. El avión partió el miércoles por la tarde, según testigos Reuters.

"HA DADO LA ORDEN DE MATARME"

Maduro rechazó los llamados a celebrar elecciones anticipadas en una entrevista con la agencia rusa RIA y prometió que Caracas pagará sus deudas con Rusia y China.

El mandatario, que ha denunciado que Washington fragua un golpe de Estado para apoderarse de las riquezas de Venezuela, denunció además que Trump quiere eliminarlo.

"Sin duda, Donald Trump ha dado la orden de matarme y le ha dicho al gobierno de Colombia y a la mafia colombiana que me maten", dijo Maduro a RIA.

En un maratón mediático, el presidente venezolano siguió el miércoles temprano con recorridos televisados por puestos militares del país y visitó una de las unidades acantonadas en la sede del Ministerio de Defensa, en el oeste de Caracas. Luego apareció varias veces dando discursos a lo largo de la jornada.

"Todos articulados en un liderazgo que mueva la Fuerza Armada en una sola dirección: La defensa de la patria (...), de la Constitución, la defensa de su comandante en jefe constitucional", dijo Maduro frente a decenas de soldados en uno de los actos transmitidos.

"¡Unidad monolítica! (...) Por donde aparezca un traidor mercenario, justicia inmediata, justicia justa. ¿Entendido?" gritó el presidente obteniendo de respuesta un sonoro "entendido" de los uniformados.

CRECE LA PRESIÓN

Durante su gestión, Maduro, un exdirigente sindical de 56 años que sucedió a su carismático mentor, el fallecido presidente Hugo Chávez, ha visto la economía deteriorarse sostenidamente.

Desde Washington, Carlos Vecchio, el representante de Guaidó en Estados Unidos, dijo el miércoles que se reunirá con la Casa Blanca y el Departamento del Tesoro para discutir un proceso de toma de control gradual y ordenado de activos venezolanos luego de que Washington le quitara la potestad al gobierno de Maduro.

Guaidó convocó a nuevas manifestaciones y a una marcha masiva para este fin de semana, en un intento por mantener la presión sobre Maduro en las calles.

"Maduro está disociado no reconoce emergencia humanitaria, no reconoce migrantes", sostuvo el líder opositor. "Cuando el 90 por ciento quiere cambio, la soberbia de un dictador lo arrincona. No es un tema de izquierda o derecha, tiene que ver con humanidad".

"Hay que salir de este gobierno", dijo Grissetty Villegas, una administradora de 69 años.

"Estoy totalmente de acuerdo con las sanciones aunque esto se puede poner muy duro. Aguantaremos (...) ya tenemos 20 años aguantando", agregó Villegas entre simpatizantes de la oposición que portaban pancartas en las que se leía "Basta ya" y "Maduro sal usurpador" en el este de la ciudad.