El Gobierno sigue adelante con su propósito de aprobar un decreto ley para revertir algunas medidas de la reforma laboral del PP del 2012 pero no lo hará sin cuajar antes un acuerdo político suficiente para garantizar su aprobación en la Diputación Permanente del Congreso de los Diputados.

La dificultad, en este punto, reside en lograr poner de acuerdo al PNV y al PDCat por un lado (a la derecha política del PSOE) con el grupo de Podemos (en el flanco izquierdo) en torno a un acuerdo de mínimos para una contrarreforma laboral. Y este objetivo «se hace más difícil cada día», a medida que se acerca la campaña electoral previa al 28 de abril, según coincidieron en señalar tanto fuentes del Gobierno, como de los agentes sociales en un receso durante la II Conferencia Nacional Tripartita, en el Ministerio de Trabajo. Antes de ese receso, habían participado en la jornada el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, así como los presidentes de CEOE y de Cepyme, Antonio Garamendi y Gerardo Cuerva, y los secretarios generales de UGT y de CCOO, Pepe Álvarez y Unai Sordo, entre otros.

Las fuentes consultadas dan prácticamente por perdida la posibilidad de lograr un acuerdo social previo o paralelo al acuerdo político. Pero esta dificultad no impide la disposición del Gobierno de seguir adelante con medidas de contrarreforma laboral si se logra un acuerdo político.

La propia ministra Valerio, durante su intervención pública, abogó por superar las dificultades del diálogo social mediante la búsqueda «del mínimo común denominador» para sacar adelante acuerdos «sin que la sangre llegue al río». La dificultad con la que se están encontrando los negociadores parlamentarios socialistas es en encontrar ese «mínimo común» capaz de poner de acuerdo a PDCat y PNV con Podemos en cuestiones tales como prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa, control horario de la jornada laboral, ultractividad de los convenios y condiciones laborales en las empresas subcontratadas.