No hay consenso ni sobre cómo se financiará ni qué tamaño tendrá, pero los ministros de economía y finanzas de la Eurozona consiguieron la madrugada del viernes un «acuerdo político» para crear el primer presupuesto conjunto de los países del euro.

Se trata de un instrumento que servirá para financiar reformas estructurales y proyectos de inversión, con el objetivo de «aumentar la competitividad y convergencia» dentro de la eurozona y reforzar la arquitectura anticrisis, pero que deja un sabor agridulce por las posiciones antagónicas que persisten entre los países del norte y del sur.

«Es el mejor acuerdo, el mejor compromiso al que se podía llegar dada la situación actual en Europa. No hay que olvidar que algunos ministros de algunos países estaban en contra de este presupuesto para la zona euro», recordó el comisario de asuntos económicos, Pierre Moscovici. «A algunos les parecerá que el vaso está medio lleno, a otros medio vacío y que solo hemos dado pequeños pasos. Quizás sea verdad pero se ha dado el primer paso y no hay que subestimar la importancia simbólica del paso dado», celebró el socialista francés. «Para mí es una minirrevolución», valoró satisfecho el ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire.

REUNIÓN DE 15 HORAS / El acuerdo fue posible hacia las 4.30 de la madrugada, tras seis meses de intensas negociaciones a nivel técnico y una maratoniana ronda final de quince horas. «Todavía se necesita más trabajo pero hoy hemos dado una serie de pasos que representan un verdadero progreso», destacó el presidente del Eurogrupo, Màrio Centeno.

El documento pactado no contempla la posibilidad de utilizar este futuro instrumento para estabilizar la economía de los países en crisis, como defiende con ahínco el Gobierno español, ni aclara cómo se financiará ni de dónde se sacará el dinero aunque en principio procederá del próximo marco financiero plurianual en negociación.

Varios países, con Holanda a la cabeza, defienden que este nuevo embrión de presupuesto se nutra únicamente con fondos del presupuesto europeo. Otros, con Francia y Alemania a la cabeza, insisten en dedicar contribuciones nacionales adicionales para que pueda crecer y disponer de sus propios ingresos más allá de la cuantía que se asigne.

La propuesta inicial de la Comisión Europea propuso asignar un montante de 25.000 millones de los cuales se estima que 17.000 millones equivaldrían a los países del euro. Esta cifra final la decidirán en el marco de la negociación presupuestaria.

ESPAÑA / «Lo más importante es que quedan abiertas todas las opciones que nosotros consideramos importantes y no se ha cerrado el trabajo o no se ha orientado en una dirección contraria a las posiciones que ha venido defendiendo el Gobierno español», destacó la ministra española, Nadia Calviño, convencida de que habrá presupuesto para la Eurozona. El documento político acordado recoge que el presupuesto servirá para financiar tanto «reformas estructurales como inversiones públicas» con el objetivo de aumentar la convergencia y la competitividad.

Se trata de un elemento que a priori llegaba cerrado y que Holanda, uno de los países más reacios a la creación de un instrumento presupuestario de la eurozona, ha intentado limitar reduciendo la financiación a las reformas, según han explicado fuentes diplomáticas. Su intento ha fracasado. La delegación holandesa tampoco ha logrado, según las mismas fuentes, condicionar la recepción de los fondos al cumplimiento de los objetivos de déficit y deuda por la firme oposición de España, Francia o Italia pero sí habrá la condicionalidad a la que están sujetos los fondos europeos.

«No tiene que ver nada con un memorando de entendimiento o un programa. Es la condicionalidad normal que se utiliza para todo el presupuesto comunitario lo cual no es sorprendente porque es un instrumento que estará en el marco financiero plurianual», explicó Calviño.

Según el texto cerrado, será el Eurogrupo el que marcará anualmente las prioridades a seguir para optar a las ayudas que se harán en forma de contribuciones directas. En función de las mismas, los estados miembros podrán remitir sus propuestas de reformas e inversiones que deberán incluir los costes estimados y el calendario de implementación. Además, como en todo programa vinculado al marco presupuestario de la UE, los países tendrán que pagar un porcentaje del coste que podría variar.

El pacto no aclara qué elementos podrían hacer variar esa tasa de cofinanciación aunque fuentes diplomáticas francesas explicaron que será en función de la situación económica «de forma que en los tiempos duros recibirán más ayuda del presupuesto de la Eurozona».