El culebrón entre la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y las empresas energéticas españolas no ha hecho más que empezar. Después de una semana negra para el sector, el presidente de la CNMC, José María Marín Quemada, pide a las empresas menos "ruidos ambientales" y más colaboración para "acertar" en las retribuciones que reciben por sus actividades reguladas.

La CNMC propuso un recorte cercano a los 5.000 millones de euros en los ingresos que estas empresas perciben por el transporte y distribución de las redes de electricidad y gas. Un tijeretazo que no ha sentado nada pero que nada bien a las energéticas que han salido al paso con numerosas críticas al organismo que preside Marín Quemada, como la paralización de las inversiones de redes de gas de Naturgy o la crítica de Red Eléctrica sobre la incertidumbre que provoca, a su juicio, para las inversiones en el sector en un momento clave para la transición energética. La última, este mismo lunes, en voz del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, al calificar de "barbaridad" dicho recorte.

Preguntado por el órdago de Naturgy, Marín Quemada se limitó a decir que "cada compañía hará lo que crea conveniente y la CNMC les aseguro que también". El presidente de la CNMC recordó que el regulador lleva años hablando acerca de la sobreretribución del sector, que ahora se junta con la deuda de 1.000 millones que estas empresas produjeron en el año 2018. "Lo que estamos manteniendo es exactamente lo mismo que hemos venido manteniendo en los últimos años sobre el tema de los precios", insistió el presidente del regulador. "Y lo que esperamos es que en lugar de ruidos ambientales lo que hagan (las empresas) es colaborar con la CNMC para que durante el periodo de información pública nos lleguen reflexiones certeras que nos permitan acertar más en esas circulares", añadió.

"Nuestro objetivos es que sea un sistema absolutamente riguroso, transparente y que lo determine la agencia independiente, que en este caso es la CNMC, como sucede en el resto de países de Europa, apuntó Marín Quemada en relación a los cinco años de existencia del organismo regulador (se formó en 2013) en los que estas funciones estuvieron en manos del ministerio de turno. En este sentido, el presidente de la autoridad independiente reivindicó el "rigor" como el objetivo de su actuación. "Precios razonables para los consumidores y retribuciones razonables para las empresas, esa es la línea del interés general que es la que mueve a la CNMC", indicó.

No obstante, el presidente de la CNMC dejó "la puerta abierta" a un cambio en la propuesta, puesto que el planteamiento del regulador estará hasta el 9 de agosto abierto en consulta pública para que los afectados envíen sus alegaciones. "En un proceso de información pública se reciben reflexiones que estoy seguro si son reflexionadas, certeras y con el sustento suficiente las podremos tener en consideración, si no es posible seguiremos en la línea expuesta que es sobradamente conocida", concluyó.