Cuando la economía se debilita, los bancos centrales suelen abaratar el precio del dinero para incentivar el crédito y con ello la actividad. Sin embargo, las últimas decisiones del Banco Central Europeo (BCE) han tenido un efecto inesperado. Pese a que la institución bajó los tipos de interés hace 10 días, el euríbor a 12 meses (principal referencia de las hipotecas a tipo variable en España) ha subido desde entonces.

El alza es llamativa, pero tan ligera que no perjudica de momento a quienes hayan comprado o tengan pensado adquirir una casa a crédito. Con todo, hay discrepancias sobre cómo puede evolucionar en el futuro: en el mercado no hay unanimidad sobre si es un efecto puntual o marca un cambio de tendencia.

Lo que hizo el banco central hace dos jueves fue rebajar aún más la llamada facilidad de depósito, es decir, el tipo que impone al dinero que guarda a los bancos. Desde el 2014 está en negativo, con lo que la institución devuelve a las entidades menos fondos de los que recibe para incentivar que, en lugar de guardarlos, los destinen a dar préstamos. Primero fue el -0,1%, luego el -0,2%, desde el 2016 el -0,4%, y ahora el -0,5%. El euríbor, que mide teóricamente el precio al que los bancos se prestan el dinero entre sí, utiliza como referencia la facilidad de depósito, con lo que debería haber bajado durante los últimos días, lo contrario de lo que ha sucedido. Desde que el BCE anunció la medida, ha subido del -0,373% al -0,298%.

En el sector financiero hay un debate abierto sobre las razones que explican este anómalo comportamiento. José Antonio Álvarez, consejero delegado del Santander, lo achacó hace unos días a una cuestión puramente «técnica»: el mercado esperaba un recorte mayor de la facilidad de depósito y ya lo había reflejado en el euríbor, con lo que este ha subido para ajustarse a la rebaja menos pronunciada de lo augurado que finalmente aprobó el BCE.

Otras fuentes apuntan que el recorte esperado era de 0,2 puntos, al -0,6%, y destacan que el eonia (euríbor a un día) bajó abruptamente el pasado miércoles del -0,367% al -0,457%, debido a la entrada en vigor del nuevo tipo oficial del -0,5%. Dicha bajada, a su juicio, se irá trasladando al resto de plazos del índice.

Pero también existe otra interpretación. Hasta el pasado marzo, el banco central defendió que su política de tipos negativos no perjudicaba a la banca, con el argumento de que la mejora de la economía que provoca hace que baje la morosidad y aumente el crédito. Sin embargo, en los últimos meses ha admitido que podría tener efectos negativos indeseados: si la rentabilidad de las entidades baja, estas tienen más dificultades para conseguir capital y sin este no pueden dar préstamos. Por ello, junto a la nueva bajada de la facilidad de depósito, el BCE aprobó en su última reunión que parte del dinero que guarda a los bancos no esté penalizado (según la agencia de calificación Scope, unos 800.000 millones de los 1,7 billones totales). «Ello implica que el tipo medio real quede en el -0,28%, no en el -0,5%, con lo que pensamos que el euríbor debería moverse hacia el -0,25%», explica un alto ejecutivo bancario.