Las negociaciones para la contrarreforma laboral que ha prometido el Gobierno a Bruselas han comenzado. Tras un primer encuentro de tanteo hace dos semanas, este martes los negociadores del Ministerio de Trabajo, la patronal y los sindicatos han entrado en faena. Y, según el primer borrador puesto encima de la mesa por el equipo de Yolanda Díaz -y al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO-, el primer bloque de las conversaciones versará sobre la prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa y los límites de la subcontratación.

La patronal entró en la primera mesa de diálogo social para la "modernización de la negociación colectiva" -el eufemismo vigente para hablar de parte de la reforma laboral del PP- cerrada en banda. Los empresarios no querían hablar de negociación colectiva ni de subcontratación y planteaban primar las políticas activas de empleo -mesa ya en curso desde hace meses- y la reordenación de los tipos de contrato. Este martes Díaz les ha metido el codo en ese córner y les ha marcado las posiciones. Primero toca negociación colectiva y subcontratación.

En el primer documento remitido a los agentes sociales -una base para empezar y que de bien seguro sufrirá modificaciones durante el proceso negociador-, Trabajo plantea que un empleado de una subcontrata no pueda cobrar por debajo de lo marcado en el convenio colectivo del sector. "El convenio colectivo de aplicación para las empresas contratistas y subcontratistas será el del sector de la actividad ejecutada en la contrata o subcontrata, corresponda esta a la actividad propia de la principal o a una distinta", reza el texto diseñado por los negociadores de Díaz. Esta primera propuesta abre la puerta a que las firmas subcontratadas apliquen su propio convenio, siempre que este no implique un menoscabo de derechos para sus trabajadores.

No obstante, una concesión que Díaz ha hecho a las patronales, en esta primera toma de contacto, es que esa prevalencia del convenio sectorial no se aplique a todos los ámbitos. Sí a los salariales, pero no, por ejemplo, a los horarios y a la distribución de la jornada, donde las subcontratas sí podrán aplicar su convenio propio. O sobre las clasificaciones profesionales o las medidas para promover las conciliación de la vida familiar y laboral, entre otros.

Más información entre contrata y subcontrata

La intención de Trabajo es ampliar la capacidad de control de los sindicatos sobre la posible fragmentación del modelo de empresa, al alza en algunos sectores durante los últimos años. Ese 'contrapoder' sindical pretende reforzarlo concediendo derecho de información a los trabajadores de la empresa principal de los detalles laborales que rigen en las diferentes subcontratas que sirven a la empresa principal.

Es decir, cuántos trabajadores están empleados en dichas empresas, cuánto tiempo durará el contrato y cómo se articulará la coordinación de los empleados de la empresa principal con el de las auxiliares. También habilita que los trabajadores de las subcontratas, si carecen de representación legal propia (algo más o menos habitual en las pequeñas empresas), puedan vehicular sus consultas a través del comité de empresa de la firma princiapl.

La primera propuesta sobre la que debaten los agentes sociales desde las diez de la mañana de este martes omite otros pilares de la reforma laboral del PP y que el Gobierno se ha comprometido a desmontar. Un ejemplo de ellos es la reforma de la ultraactividad, enmarcada en ese primer bloque para la "modernización de la negociación colectiva" y que no figura en el borrador remitido a las partes. Este punto no era de los más conflictivos en las negociaciones iniciadas el año pasado y que la pandemia dejó en suspenso.