Cuatro de cada diez jóvenes menores de 25 años en España cobran salarios bajos. Es decir, ingresan nóminas dos tercios inferiores al salario mediano en el conjunto del mercado laboral, lo que vendría a ser menos de 1.100 euros brutos al mes; según la definición del Instituto Nacional de Estadística (INE). Eso si tienen un trabajo a jornada completa. La desigualdad salarial entre las capas más 'novatas' del mercado laboral español volvía a repuntar a las puertas de la crisis del coronavirus, tal como constata la última encuesta de calidad de vida publicada por el INE este miércoles. Si tras el estallido de la crisis financiera esa tendencia a los salarios bajos alcanzó a la mitad de los jóvenes que conseguían retener un empleo, durante la posterior recuperación volvió a bajar y en el 2019 comenzaba a trazar el camino inverso y se plantaba en ese 39,1%. Y lo hacía pese a que en el 2019 el Gobierno aprobó una intensa subida del salario mínimo interprofesional a 900 euros (en 14 pagas o 1.050 euros en 12 pagas).

Los jóvenes no salen bien parados de la redistribución de rentas que se ha producido en la última década, desde la última crisis económica hasta las puertas de la actual. La comparativa muestra que los más veteranos cada vez cobran menos 'salarios pobres' mientras estos se vuelven más frecuentes entre los más jóvenes. Y es que los sueldos bajos son 2,6 veces más frecuentes entre los jóvenes que entre la media de la población trabajadora española y cuatro veces más frecuentes que entre los empleados senior de entre 50 y 64 años. Los datos constatan que entre los noveles algo más curtidos, de entre 25 y 34 años, las malas remuneraciones también se han vuelto más frecuentes. Si en el 2008 los cobraban el 20,1% de ellos, en el 2019 dicho porcentaje ascendía a 21,8%. En el resto de franjas, las que comprenden una heterogénea masa de trabajadores de entre 35 y 65 años, la proporción de trabajadores con bajos sueldos ha bajado de manera unánime.

Jóvenes y trabajadores poco cualificados son los peor parados durante la última década en lo que a bajos sueldos se refiere. Pues si esas remuneraciones de 'bajo coste' se han mantenido iguales entre los graduados universitarios (6,4%), entre aquellos con estudios básicos (22,2%) y de secundaria (16,7%) la frecuencia de esos sueldos 'low cost' ha aumentado entre tres y cuatro puntos respecto a la situación de hace una década.

A nivel territorial, la evolución de los salarios más bajos ha sido mayoritariamente positiva, tendiéndose a hacerse más residual su frecuencia. En 12 de las 17 comunidades autónomas había menos trabajadores con bajos salarios en el 2019 que una década antes. En Cataluña la mejora de las condiciones ha sido sustancial y, a falta de medir el efecto de la actual crisis del coronavirus, dicha proporción entre el conjunto de la población trabajadora pasó del 15,4% del 2008 al 11% del 2019. Los bajos salarios solo han aumentado en Andalucía (18,2%), Asturias (16,3%), Extremadura (28%), Murcia (23,1%) y La Rioja (16,4%).