La primera intervención de Yolanda Díaz después de su controversia con Nadia Calviño sobre el control de la negociación de la reforma laboral ha estado marcada por las palabras “derogación de la reforma laboral”. La vicepresidenta segunda ha repetido ese mensaje varias veces ante los centenares de delegados de CCOO que la escuchaban en el cierre del 12º Consejo Confederal del sindicato, en el que Díaz pronunciaba uno de los discursos de clausura. “El tiempo de la retórica ha terminado. Ahora tocan hechos, no palabras. La ciudadanía no quiere la política que no cumple, que dice una cosa y, sin embargo, hace otra”, apuntaba.

Sin hacer menciones directas a Calviño (ni a Sánchez, que horas antes había apoyado a la vicepresidenta económica frente a la ministra de Trabajo), Yolanda Díaz clamaba: “Sí, vamos a derogar la Reforma Laboral. Es el mensaje que le quiero mandar a las personas trabajadoras de este país. Vamos a derogar la Reforma Laboral, a pesar de todas las resistencias. Que las hay y son muchas. A pesar de todas aquellas personas que, estén donde estén, jamás han tenido la intención de alterar el modelo laboral de precariedad que ha impuesto la derecha en nuestro país”.

Compromiso con la coalición

En su intervención, Díaz ha destacado la importancia de la negociación sobre la reforma, que lleva en marcha cinco meses y que Calviño había calificado dos días antes, precisamente también en el Congreso de CCOO, que eran "preliminares". Para Díaz, en cambio, ese trabajo es fundamental: "Llevamos trabajando, con seriedad y con rigor, desde el pasado 17 de marzo. Muchas mesas de diálogo, centenares de propuestas, de horas compartidas. Horas, esfuerzo, sacrificios que os quiero agradecer, hoy más que nunca, a los representantes de los sindicatos y de las organizaciones empresariales. Nada sale de la nada. Y esta negociación es fruto de vuestro tesón, de vuestro empeño, de vuestra determinación. Eso es, justamente, lo que nos ha permitido avanzar como lo hemos hecho y encontrarnos ahora en la recta final de esta negociación", aseguraba.

En este sentido, ha pedido el apoyo del sindicalismo para ir más allá de la reforma laboral y "llegar más lejos": "Necesitamos el impulso de este sindicato, su energía, la fuerza de vuestro millón de afiliadas y afiliados". Con todo, la vicepresidenta segunda ha subrayado su "compromiso total" con "con la mayoría parlamentaria progresista y con el Gobierno de coalición". No ha dedicado ninguna mención a la presentación de una querella por parte de Unidas Podemos contra la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, por la retirada del escaño al diputado 'morado' Alberto Rodríguez.

Los delegados de CCOO han aplaudido en numerosas ocasiones el discurso de Díaz, sobre todo en las partes en las que ha abordado la negociación de la reforma laboral, y han acompañado esas ovaciones con gritos de "presidenta, presidenta" tanto al principio como al final de su intervención.

CCOO plantea movilizaciones

La intervención de Díaz sólo ha tocado tangencialmente la cuestión de la plataforma política de la izquierda que promueve en torno a su figura: la ha descrito como "una construcción coral, una conversación responsable, tejida con los hilos de la escucha y de la empatía, de los derechos sociales, de los cuidados". Tampoco ha incluido muchas novedades en materia de políticas, sólo un anuncio: la próxima presentación de un Plan de Choque contra la siniestralidad laboral.

Después del discurso de Díaz, el Congreso de CCOO se cerró con el discurso del reelegido Secretario General del sindicato, Unai Sordo, que terció en la disputa entre Calviño y Díaz poniéndose resueltamente del lado de la vicepresidenta segunda: "Nosotros queremos que el gobierno tenga posiciones colegiadas, queremos fiabilidad en las posiciones; lo que no se puede decir es que la reforma laboral está en una fase de negociación preliminar, eso es perderle el respeto en la mesa de diálogo social", y avanzaba movilizaciones si ese diálogo se trunca: "el escenario de la movilización no va a ser descartable; con los compañeros de UGT, no vamos a permitir que se queden en agua de borrajas las conversaciones que hemos mantenido hasta ahora" añadía.

"España no puede aspirar a la resiliencia, a los fondos europeos y a todos eso palabrejas con un modelo laboral pensado para devaluar el país y precarizar el empleo", continuaba Sordo, que recomendaba al Gobierno de coalición "prudencia, tranquilidad, tino y acción, pasar de las palabras a los hechos y dejarse de pugnas de relatos, porque a la gente que no llega a fin de mes le cabrean y le meten en disposición de avalar políticas contrarias a sus intereses".