Telefónica dispara el beneficio hasta los 8.137 millones de euros en 2021, multiplicando por cinco el resultado del año anterior, gracias a la inyección de los extraordinarios conseguidos con la venta de torres de telecomunicaciones de Telxius y la fusión de su filial en Reino Unido con Virgin Media, controlada por Liberty Global.

El fuerte crecimiento de los resultados permite a la compañía recuperar el dividendo totalmente en efectivo, tras varios años en que se daba la opción a los accionistas de cobrar en acciones. La compañía ha anunciado para 2022 un dividendo de 0,30 euros en efectivo, repartido en dos pagos que se abonarán en diciembre de 2022 y junio de 2023, y propondrá a los accionistas la amortización del 2,41% del capital para mejorar así su retribución. 

Las grandes operaciones corporativas cerradas por Telefónica impulsa el beneficio neto, pero lastran los ingresos. La facturación se queda en los 39.277 millones de euros, con un descenso del 8,8% en términos absolutos y 2% más en términos orgánicos, ya que la filial británica deja de pertenecer al perímetro del grupo y su impacto en las cuentas no se consolida y se verá reflejado vía dividendos.

El beneficio operativo antes de amortizaciones (oibda), un registro clave en el sector de las telecos, ha sido de 21.983 millones de euros, lo que supone un incremento del 62,9% en términos absolutos y de un 1,4% en términos orgánicos respecto a 2020. Un crecimiento impulsado por las plusvalías de 11.000 millones aportadas por las operaciones de venta de torres y de la filial con Costa Rica, así como la creación de la filial conjunta con Liberty en Reino Unido y la constitución de vehículos para desplegar fibra con nuevos socios.

Con estos incrementos, Telefónica consigue cumplir los objetivos establecidos para 2021, que fueron revisados al alza en junio y que consistían en lograr los ingresos y el oibda se movieran entre la estabilización y un ligero crecimiento de manera orgánica. También se perseguía que la inversión sobre ventas volviera a situarse en un nivel normalizado de hasta el 15%, otra meta que se ha logrado, puesto que ha finalizado el año en el 14,2%.

“Telefónica ha vuelto a cumplir todos sus objetivos en 2021. La solidez de nuestros resultados demuestra el acierto de nuestras prioridades estratégicas y la consecución de nuestros objetivos mejorados para todo el año. Nuestra compañía es hoy más ágil, más eficiente y más sólida, con la sostenibilidad como parte integral de nuestra actividad diaria. En 2022 seguimos avanzando hacia la nueva Telefónica”, destaca el presidente de la compañía, José María Álvarez-Pallete. Para este año, la compañía establece los objetivos de lograr crecimiento orgánico de un dígito bajo tanto en ventas como en oibda, así como una ratio de inversión sobre ventas de hasta el 15%.

La compañía se ha volcado en los últimos años en la reducción de su deuda para fortalecer su balance y evitar rebajas de rating. La compañía consiguió el año pasado reducir el endeudamiento un 26%, hasta los 26.032 millones de euros. La inversión en infraestructura (Capex) se ha disparado un 24% por los pagos de espectro en diferentes países para impulsar el 5G, hasta los 7.267 millones de euros.

En el último trimestre del año, la compañía ha registrado pérdidas netas de 1.198 millones de euros y una caída de Oibda de 63,7%, hasta los 1.363 millones, por la provisión de 1.500 millones realizada por el grupo para cubrir los costes del recorte de plantilla mediante otro plan de salidas voluntarias en España y por un deterioro de 353 millones de euros asociado a activos de Perú.