Una de las consecuencias más notables de la guerra de Ucrania que afectan directamente a la sociedad es, sin duda, el aumento del precio de los carburantes. No es un secreto que el mercado energético ya sufría estragos debido al agotamiento de los recursos o a la escasa implantación de energías renovables, entre otros factores. Sin embargo, la invansión de Rusia a Ucrania ha generado un punto de inflexión en este sentido.

El precio del combustible marca un récord histórico, que se supera semana tras semana, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Llegando a los 2 euros por litro en gran parte de las gasolineras del país, hoy 16 de marzo, el precio medio de la gasolina se sitúa en 1,841 euros y el del diésel en 1,824 euros.

Las consecuencias se trasladan a las empresas de transporte, tanto de mercancías como de pasajeros. La empresa de movilidad estadounidense Uber, ha subido 50 céntimos el precio por transporte. En cuanto al servicio de taxis, las tarifas están reguladas por los ayuntamientos de cada provincia y dependen de su decisión para cualquier actualización de precios. En la provincia cacereña, la tarifa se mantiene intacta desde hace 7 años, así lo explica a este periódico Vicente Mendoza, presidente de Radio Taxi Cáceres. Sin embargo, debido al desconocimiento del cliente y ante la situación que prevalece ahora, Mendoza añade que: "a la gente le da miedo coger el taxi porque piensan que hemos subido el precio".

Como era de esperar, las gasolineras más económicas se ven afectadas por un aluvión de personas que paran a repostar, generando largas colas, como sucedió días atrás en la avenida Reina Sofía de Mérida. Mientras tanto, Repsol anuncia ofertas de 10 céntimos por litro (de todos sus combustibles) para los clientes particulares que paguen a través de Waylet, la aplicación de pagos de la petrolera.

Ante esta situación, ¿qué se puede hacer para ahorrar gasolina al utilizar el coche? A continuación, se muestran algunos trucos que se aconsejan desde el Real Automóvil Club de España (RACE).

Velocidad estable

En primer lugar, es necesario planificar bien el recorrido para evitar atascos y mantener en perfectas condiciones el vehículo con el fin de evitar cualquier problema. Para empezar, es primordial arrancar sin pisar el acelerador en primera marcha y cambiar cuanto antes a segunda (tras recorrer seis u ocho metros). Puede llegar a ahorrar un 11% de combustible si se mantiene una velocidad de 20 km/h durante los primeros cinco segundos. Después, circular a esa velocidad, con una marcha insertada y sin pisar el acelerador, hace que el consumo sea prácticamente nulo.

Marchas largas

Durante la conducción, lo recomendable es apostar por las marchas largas siempre que sea posible, para no revolucionar el motor. Es decir, mantener las revoluciones bajas (no apurar mucho los cambios) y estabilizar la velocidad, también ayuda a reducir gasto.

Distancia de seguridad

La anticipación a las situaciones que requieran cambios bruscos es otro de los métodos a poner en práctica. Frenar de manera suave es muy importante. Por esta razón, mantener una distancia de seguridad correcta con el vehículo de delante hace que tengamos menos posibilidades de reducir repentinamente la velocidad en caso de que este frene.

Se aconseja disminuir la marcha lo más tarde posible y soltar el acelerador cuando hay que frenar, ya que el consumo se reduce hasta en un 2%. En caso de paradas prolongadas, lo mejor es apagar el motor, en vez de quedarse al ralentí, ya que gasta entre 0,5 y 0,7 litros/hora.

Peso del vehículo y presión de neumáticos

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Es recomendable aligerar todo lo que podamos el coche, revisando el maletero y sacando accesorios innecesarios. También, hay que librarse de la baca o cofre cuando no haga falta, así no se empeora la aerodinámica, es decir, la resistencia al viento. Cabe recordar que el uso del aire acondicionado incrementa el gasto del carburante, por lo que es mejor abrir las ventanas. Aun así, en autopista o carretera es conveniente hacer lo contrario.

Por otro lado, mantener la revisión frecuente del estado de los neumáticos es fundamental no solo para consumir menos, sino para mejorar la conducción. Tener una presión de 0,5 bares inferior a la correcta, puede aumentar el gasto entre un 2% y un 4%.