Hace meses que la Unión Europea empezó a negociar con terceros países un aumento en el suministro de gas natural licuado (LNG) para reducir la dependencia energética de Rusia, antes incluso de que Vladímir Putin diera la orden de invadir Ucrania. La guerra, sin embargo, ha acelerado la necesidad de independizarse y buscar fuentes alternativas para cumplir con el objetivo de reducir dos tercios las importaciones rusas para finales de año. Y uno de estos acuerdos podría anunciarse tan pronto como este viernes con Estados Unidos. “Mañana con el presidente (Joe) Biden presentaremos un nuevo capitulo en nuestro partenariado energético. Se trata de gas natural licuado adicional de Estados Unidos a la Unión Europea para reemplazar al LNG ruso. Es un paso importante adelante”, ha confirmado la presidenta de la Comisión EuropeaUrsula Von der Leyen, a su llegada al Consejo Europeo que se centra este jueves y viernes en la guerra en Ucrania y la crisis energética.

Una cumbre europea a la que, por primera vez en la historia, ha acudido un presidente de Estados Unidos. Joe Biden ha llegado a la cita europea, tras participar en la cumbre extraordinaria de líderes de la OTAN y la reunión posterior del G7, con un mensaje de unidad frente a Putin. “Una de las cosas que está intentando hacer es demostrar que las democracias no pueden funcionar en el siglo XXI porque las cosas avanzan tan rápido que requieren consenso mientras que las autocracias van a gobernar”, ha alertado acompañado de Charles Michel, que ha sido reelegido este jueves por el resto de socios europeos -no había candidato alternativo- como presidente del Consejo Europeo para los próximos dos años y medio, hasta el 30 de noviembre de 2024.

Unidad

“Lo que importa es la unidad. Es lo más importante que podemos hacer para detener a un país que ha cometido crímenes de guerra”, ha recordado Biden sobre la respuesta a dar al régimen de Vladímir Putin por una guerra que, desde el punto de vista militar, según el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, es un “fracaso” porque “llevan un mes luchando y no han sido capaces de avanzar 200 km de sus bases logísticas”. Pese a la difícil situación en Ucrania, los Veintisiete líderes europeos siguen divididos sobre la imposición de un embargo al gas, petróleo y carbón procedente de Rusia, una sanción que ya han adoptado Estados Unidos o Reino Unido y que reclaman con insistencia algunos socios europeos como las tres repúblicas bálticas o Polonia en el marco de un quinto paquete de sanciones. 

Sanciones decisivas

"Las sanciones tienen que ser lo más decisivas que puedan ser por eso Polonia apela a sanciones al gas, petróleo y carbón ruso. Cuanto antes entendamos que este es el principal oxigeno para la maquinaria de guerra de Rusia mejor”, ha avisado el primer ministro polaco, Mateusz Morawieki. “La energía es el mayor problema cuando se trata de financiar la guerra de Rusia, porque les estamos comprando energía y tenemos que quitarnos de encima los combustibles fósiles que vienen de Rusia cuanto antes”, ha avisado la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin.

Otro grupo de países, en cambio, piensan que no ha llegado el momento de golpear tan duro a Moscú y que hay que avanzar paso a paso. “Con nosotros no habrá ningún embargo al gas y al petróleo de la Federación Rusa. No es realista, pero no solo para Austria, tampoco para Bulgaria, Chequia, Eslovaquia o Hungría, todos los que estamos de alguna forma afectados por el gas ruso. Se trata de garantizar la seguridad energética de los austríacos", ha zanjado el canciller austríaco, Karl Nehamer. En la misma línea están Alemania, Países Bajos, Luxemburgo o Bélgica, cuyo primer ministro ha reconocido que estas sanciones podrían tener un “efecto devastador”.

Antes de imponer nuevas sanciones los 27 son partidarios de garantizar que las cuatro rondas ya adoptadas se aplican con eficacia. En una declaración conjunta firmada por Biden y von der Leyen, Washington y Bruselas comprometen a “intensificar” sus esfuerzos para coordinar la respuesta en materia de sanciones y evitar que Rusia escape al castigo. Ambas capitales también se comprometen a movilizar recursos -1.000 millones Estados Unidos y 550 millones la UE- para ayuda humanitaria a Ucrania y apoyar los trabajos de documentación de los expertos sobre los crímenes de guerra. Durante la primera jornada de la cumbre también ha intervenido por teleconferencia el primer ministro ucrania, Volodimir Zelenski, que ha mostrado su agradecimiento por la ayuda a Ucrania pero ha pedido más sanciones, y particularmente en materia energética.