Si antes de la crisis financiera el 70% del dinero que se invertía en España iba a la construcción, casi 15 años después esta proporción ni siquiera llega al 50%. Y si entonces la inversión en propiedad intelectual apenas suponía un 8%, ésta es ahora cerca de diez puntos porcentuales superior. Lo primero refleja “el importante ajuste que ha experimentado el mercado inmobiliario desde la crisis financiera”. Lo segundo, el auge del fenómeno de la digitalización, “una transición tecnológica que está revolucionando los procesos productivos de una manera transversal en la economía y que hace un uso más intensivo de inversiones de tipo intangible [‘software’, patentes y formación, entre otros]”. 

Así lo afirma un estudio de Caixabank Research al que ha tenido acceso El Periódico de Catalunya y en el que se analiza como ha evolucionado la inversión en España. Según este informe, elaborado por el economista Oriol Carreras, en términos absolutos la inversión en construcción fue un 41% inferior el año pasado que en 2007; la financiación de intangibles, un 43% superior; y la inversión en maquinaria, un 20% mayor, señal, en este caso, de la recuperación del sector industrial.

“El mayor peso de estas categorías no solo refleja un impacto derivado de la fuerte caída de la inversión en construcción, sino que también es el resultado de un esfuerzo inversor muy importante”, explica el informe. En concreto, durante los años de la crisis económica la inversión llegó a suponer un discreto 17% del Producto Interior Bruto (PIB), un porcentaje casi 15 puntos inferior al de las épocas previas al estallido de la burbuja inmobiliaria. Desde entonces, la inversión ha ido escalando hasta rozar hoy el 20% del PIB.

Tendencia europea

Esta tendencia es similar en las principales economías europeas, aunque en estos casos la oscilación es menos drástica. La inversión en Alemania suponía en los 2000 cerca de un 23% de su PIB, cayó hasta el 19% poco antes de la crisis financiera y se sitúa ahora en el 22%. 

“El peso de la inversión en construcción en nuestra economía es parecido al de otras”, analiza el documento. De hecho, excepto en algún caso, “lo mismo podemos decir de la inversión en intangibles y bienes de equipo y transporte”.

No obstante –continúa el texto-, este no era el caso hace 10 años, cuando el peso de la construcción en las inversiones era muy superior a la media, y la financiación de intangibles, muy inferior. “Sería necesario que en España el peso de la inversión en estas categorías fuera durante un tiempo superior al de las otras economías para completar el proceso de convergencia en términos de capital por trabajador”, indica el informe. Y los fondos europeos, concluye el autor, van a ser un elemento clave para ello.