La recuperación del Sabadell tras los problemas que sufrió a finales de 2020 coge velocidad. El banco ganó 709 millones de euros entre enero y septiembre, un 91,9% más que en el mismo periodo del año pasado y un 33% más de lo que obtuvo en todo el 2021 (530 millones). De hecho, el beneficio en los tres primeros trimestres está en línea con el que registró en 2019, el último ejercicio prepandemia (768 millones), lo que apunta a que el banco logrará en 2022 su mayor beneficio desde 2006 (908 millones).

La mejora del resultado fue fruto del incremento de los ingresos (6,2%) gracias al aumento del crédito y el incipiente efecto de las subidas de los tipos de interés; la fuerte caída de los costes (-15%, ya que el año anterior hubo un cargo extraordinario de 301 millones para pagar la reestructuración de plantilla y oficinas; sin ello se produce también una caída, pero del 3,8%); el fuerte descenso de las provisiones para futuros impagos y pérdidas de valor de activos (-22,1%); y la creciente aportación de su filial británica TSB (93 millones, un 13% más). 

Como venía adelantando por la buena evolución de los resultados, la entidad ha anunciado este jueves un incremento del porcentaje de sus beneficios que destina a remunerar a los accionistas hasta un mínimo del 40% del resultado de 2022. Asimismo, ha aprobado la distribución de un dividendo a cuenta de dichos resultados de 0,02 euros brutos por acción en efectivo que se abonará el 30 de diciembre de 2022. Por ponerlo en perspectiva, el año pasado pagó 0,03 euros, lo que suponía un porcentaje de los beneficios de 2021 del 31,8%.

El banco, así, registra ya una rentabilidad sobre su capital tangible del 7,96%, por encima del 6% que se había fijado en su plan estratégico para el periodo 2021-2023, que preveía un beneficio de 670 millones al cierre de ese periodo. El capital, asimismo, se sitúa en el 12,52%, por encima de su objetivo del 12%. Como en el resto del sector, además, la morosidad sigue contenida, si bien ha aumentado del 3,31% de junio al 3,4%.