"Lucharé para traer más modelos eléctricos a esta fábrica". Wayne Griffiths se pronunciaba así el pasado 6 de julio en la presentación mundial del concepto Impulse de Cupra, la puesta de largo (y muy largo) de la marca de Seat S.A. Y lo ha hecho, ha luchado, y mucho. El presidente de la compañía española ha batallado para conseguir que el proyecto Future Fast Forward, que optaba al plan de ayudas al vehículo eléctrico y conectado (PERTE), llegara a buen puerto, y tras esta batalla hay que buscar la solución industrial al futuro de la planta de Martorell.

El PERTE VEC supondrá una importante inyección de ayudas europeas al proyecto de Seat más allá de 2029 (fecha en la que a priori no había más modelos previstos de la marca). La electrificación es una realidad y tanto Seat como Cupra están inmersas en una transformación tecnológica, no solo como marcas, sino como conceptos de movilidad. La llegada de nuevos modelos de Cupra y el plan B para Seat están en el trasfondo de la etapa que arranca tras el 'sí' al PERTE.

El importe de los 397 millones de euros que Seat (como empresa solicitante) ha aceptado del plan de ayudas de los fondos europeos no fue el esperado por el consorcio automovilístico Volkswagen que esperaba llegar al menos a 800 millones. No obstante, el trabajo de Griffiths junto al de todas las administraciones ha dado sus frutos y finalmente la propuesta industrial que englobe la gigafactoría de Sagunt, la planta de Martorell y la de Landaben (Navarra) contará con el apoyo suficiente para convertir a España "en un referente del vehículo eléctrico en Europa a nivel industrial".

Wayne Griffiths ha defendido con uñas y dientes la propuesta del Future Fast Forward ya que se trata de un "momento clave" para la compañía y, sobre todo, para el país. "Este plan impulsará la transformación de nuestra industria y ayudará a crear miles de nuevos empleos y a mantener la competitividad del país”, ha señalado. El grupo Volkswagen invertirá 10.000 millones de euros en los próximos años, por lo que las ayudas serán clave para mantener la apuesta por España.

El presidente de Seat y Cupra (y actualmente también presidente de la patronal del sector del automóvil, Anfac) tiene por delante la necesidad de convencer al Grupo Volkswagen de la idoneidad de mantener la apuesta por España. El consorcio alemán necesita disponer de una gigafactoría en el sur de Europa (de las seis que ha anunciado) y era imperativo que saliese el PERTE para habilitar la planta de Sagunt. Ahora hay que trabajar para conseguir los fondos adicionales y completar el proyecto.

Apoyo adicional

Desde el Gobierno de España apuntan que ofrecerán unos 230 millones extra en ayudas al proyecto, según publica Levante-EMV, del grupo Prensa Ibérica, mientras que la Generalitat de Catalunya aportará otros 57 millones adicionales, mientras que la Generalitat Valenciana ofrecerá unos 40 millones de euros más. El Gobierno Foral de Navarra también se implicará en el plan con la planta de Landaben con una cifra por determinar.

Pere Aragonés, president de la Generalitat de Catalunya se congratuló en sede parlamentaria de la aceptación de la resolución del PERTE por parte de Seat, "celebro mucho la decisión de Seat, hemos estado trabajando especialmente durante las últimas semanas. La Generalitat, con recursos propios, comprometimos 57 millones de euros en el proyecto. La buena noticia de hoy es que tenemos el sector de la automoción en Catalunya bien encarrilado".

Segunda plataforma

La aportación extra al montante del PERTE ofrecerá un panorama enormemente positivo para la planta de Martorell, ya que en breve podría optar a la adjudicación de una nueva plataforma basada en la BEV del grupo Volkswagen. Esta plataforma, unida a la Small BEV ya anunciada para los vehículos eléctricos del grupo, haría de Martorell un centro de producción de referencia para los segmentos pequeño y compacto del consorcio.

No hay que olvidar que los actuales modelos Ibiza y León (con sus variantes SUV) tienen fecha de caducidad ante el cese de la producción y venta en Europa de vehículos con motor de combustión, previsto para 2035. Una plataforma eléctrica compacta pondría a la planta catalana en posición de ventaja a nivel europeo. Hasta ahora estaba claro el mantener una línea de producción (de las tres actuales que tiene) para los coches eléctricos pequeños de Cupra, Volkswagen y, presumiblemente Skoda (aunque la marca checa insiste en producirlos allí), pero las nuevas inversiones pueden acabar trayendo esta segunda plataforma que permitirá consolidar la compañía Seat y ofrecer más líneas de producción.

El plan B de Seat

La necesidad de disponer de un plan B para Seat, hace que la estrategia de la compañía focalizándose en la producción de segmentos pequeños y compactos abra una ventana al futuro para la fábrica. De hecho, según fuentes del sector, Seat podría ejercer de marca matriz para la producción de vehículos 100% eléctricos de bajo coste (algo parecido a lo que hace Dacia en Renault). Esto, unido al mantenimiento de la producción de motores de combustión para otros mercados, haría que la ocupación de la planta de Martorell creciera y, de paso, otorgaría un nuevo papel a Seat para el futuro. Cupra ya facturará en 2023 más que Seat, por lo que será la marca predominante del futuro, lo que no implicará el perder Seat como firma. Lo que está claro, como apunta Griffiths "Seat, como su nombre indica, es una Sociedad Española de Automóviles de Turismo, y seguirá fabricando coches". Es el nombre que figura en la puerta de la fábrica de Martorell, y el que figura en la OICA (Organización Internacional de Constructores de Automóviles).