Administraciones públicas

El déficit público se redujo al 4,8% del PIB en 2022 gracias al 'boom' de los ingresos

La inflación impulsó un aumento de la recaudación fiscal del 14,4% que permitió compensar con creces el impacto de las medidas frente a la subida de los precios

María Jesús Montero, ministra de Hacienda.

María Jesús Montero, ministra de Hacienda. / JOSE LUIS ROCA

Rosa María Sánchez

El déficit del conjunto de las administraciones públicas se redujo de forma drástica en 2022, hasta los 63.776 millones una cifra equivalente al 4,8% del Producto Interior Bruto (PIB). El dato, publicado este jueves por el Ministerio de Hacienda, baja un segundo escalón, después del 6,9% anotado en 2021 y del 10,1% al que se había llegado en 2020, cuando estalló el covid. El dato del déficit público de 2022 presentado por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, mejora en dos décimas el objetivo del 5% que se había marcado el Gobierno. "Los datos de cierre de este año certifican que España es un país creíble y responsable, que combina la protección del Estado de Bienestar con el cumplimiento de sus objetivos de estabilidad", ha dicho la ministra.

En términos de Contabilidad Nacional, los recursos (ingresos) del conjunto de las administraciones públicas subieron el 8,1%, más del doble de lo que subieron los empleos (gastos), que avanzaron el 3,8%. Esta combinación permitió reducir el déficit al 4,8% del PIB en 2022 y recortar la cantidad resultante en 19.170 millones, hasta los 63.776 millones (un 23% menos respecto de los 82.946 millones de 2021). "Hoy somos un país creíble a ojos de la Unión Europea y a ojos del mundo", ha dicho Montero, tras denostar que con los Gobiernos de Mariano Rajoy "España no cumplía nunca".

Los ingresos

El fuerte crecimiento de los recursos del 8,1%, aupados por una inflación que llegó a marcar récord de los últimos cuarenta años y que propulsó la recaudación de impuestos en un 14,4% (32.078 millones más que el año anterior en la AEAT), resultó determinante para reducir el agujero de las cuentas públicas en 2022. También ayudó el aumento del 5,1% obtenido por la recaudación de cotizaciones sociales.

En particular, la recaudación por IRPF subió el 15,8% y la del impuesto de sociedades avanzó el 20,8%, mientras que los ingresos derivados del IVA aumentaron el 13,9% y los de los impuestos especiales, el 2,5%.

Estos datos han servido a la ministra de Hacienda para atribuir al crecimiento de la economía y del empleo el origen del fuerte incremento de los ingresos tributarios en 2022 y ha limitado a "un tercio" el efecto que ha tenido la inflación en la recaudación final.

Medidas antiinflación

Montero ha querido rebatir así las críticas del Partido Popular, que acusan al Gobierno de "forrarse" con ayuda de la inflación. Según la ministra, sólo "un tercio" de esa mayor recaudación (algo más de 10.000 millones) estaría vinculada al efecto de la inflación. En todo caso, la ministra ha argumentado que esta mayor recaudación "se reinvierte" en la sociedad en forma de medidas para ayudar mitigar los efectos del encarecimiento de la energía y, en general, de la inflación propulsada por la guerra en Ucrania.

Según Montero, los 22.217 millones de ayudas dispuestas en 2022 se han articulado a través de rebajas fiscales (por unos 8.000 millones) y de medidas de gasto como la bonificación a los carburantes (5.752 millones), las transferencias al transporte ferroviario (571 millones) o las ayudas a hogares (6.216 millones).

De cara a 2023, la ministra ha subrayado que la prórroga de las medidas antiinflación más allá de junio o la adopción de nuevas medidas son cuestiones que se irán decidiendo en función de cómo evolucione la tensión de los precios. Montero ha explicado que las cuentas públicas de 2023 incorporan margen presupuestario suficiente para poder prorrogar medidas o adoptar otras nuevas si fuera preciso. En caso de que no fueran necesarias, ese margen serviría para situar el déficit público por debajo del objetivo del 3,9% del PIB marcado para este año, según ha dicho la titular de Hacienda.

Las autonomías empeoran

Atendiendo a los distintos niveles de la administración pública, la mayor parte de la reducción del déficit público se concentró en el Estado (cuyo agujero pasó del 6,1% en 2021 al 3,1% en 2022). El de la Seguridad Social también se redujo (desde el 1% del PIB en 2021 al 0,5% ). En sentido contrario, las comunidades autónomas, que habían cerrado con un déficit del 0,1% en 2021 vieron empeorar sus cuentas en 2022, con un desequilibrio del 1,1% del PIB (por encima del objetivo marcado, del 0,8%). Tras las corporaciones locales, el superávit de tres décimas anotado en 2021 se ha tornó en un déficit de una décima en 2022.

En resumen, el Estado aportó 3,1 puntos al déficit total del 4,8% de 2022. Las comunidades autónomas sumaron 1,1 puntos y la Seguridad Social, un punto más. Las corporaciones locales, por su parte añadieron una décima al agujero presupuestario total de 2022.

Vuelta a la disciplina

Dos años después del estallido de la pandemia, las cuentas públicas no han logrado aún drenar el agujero causado por las ayudas a hogares y empresas, de modo que el déficit público no ha podido retornar aún a la casilla del 3% del PIB en la que se situó en 2019. Probablemente, tampoco será posible ni en 2023 ni en 2024, si se cumplen las previsiones presupuestarias del Gobierno, que incluyen un objetivo de déficit del 3,9% para este año y del 3,3% el próximo, antes de bajar al 2,9% en 2025. En 2024, sin embargo, el objetivo del 3% del PIB volverá a estar en el punto de mira de la Comisión Europea, tras haber decidido poner fin a la cláusula de escape de las reglas fiscales que se activó en 2020 para que los Estados pudieran dar respuesta a la pandemia.