LEY DE VIVIENDA

¿Adiós a que particulares compren pisos para alquilar? Al 72% de los españoles le gustaría invertir

La nueva Ley de Vivienda propone regular el mercado del alquiler tanto a pequeños como grandes tenedores | España es el país europeo donde se ve con mejores ojos invertir en una vivienda para alquiler, seguido de Portugal e Italia

Piso con un cartel de ’se vende’.

Piso con un cartel de ’se vende’.

Gabriel Santamarina

La aprobación de la nueva Ley de Vivienda choca de bruces con la tradicional inversión de las familias españolas, la compra de una vivienda para destinarla al alquiler. Junto con los locales comerciales y las plazas de garajes, los inmuebles en arrendamiento son la forma favorita de los privados para mover su capital y obtener una rentabilidad.

Según una encuesta realizada por la empresa estadounidense de análisis e investigación Harris Interactive, junto con Toluna, para la compañía francesa Masteos, especializada en asesoramiento para la compra de pisos para alquilar, el 72% de los españoles afirma estar interesado en la inversión en esta clase de activos en arrendamiento, especialmente los comprendidos entre 25 y 50 años. Precisamente, España es el país donde más apetito hay de toda la Unión Europea, además de ser la opción preferida, por delante de otras inversiones, como las cuentas de ahorro o la bolsa, según el sondeo.

El estudio de Masteos asegura que el 17% ya habría adquirido una vivienda para este fin, al que podría sumarse un 12% más durante los próximos 12 meses. Aunque el análisis arroja que el 45% no tiene previsto llevar a cabo una inversión de este tipo, sí "manifiesta interés", que se enfrenta al principal freno, la falta de medios económicos para hacerlo.

Medidas de la Ley de Vivienda que afectan a pequeños propietarios

La primera medida que involucrará a los pequeños propietarios en la Ley de Vivienda es la propia definición del término, que considerará gran tenedor a aquellos que tengan un mínimo de 5 o 10 inmuebles, una cifra que decidirá cada comunidad autónoma.

Otra de las nuevas obligaciones es que el propietario no podrá cobrar los honorarios de las inmobiliarias al inquilino. Esta medida afecta más a pequeños que a grandes tenedores porque algunos de los que tienen una gran cantidad de pisos cuentan con su propio equipo de comercialización.

En cuanto a regulación de precios, aquellas comunidades que apliquen la Ley y pidan declarar zonas tensionadas podrán limitar los alquileres. Sin embargo, Madrid o Andalucía, que aglutinan una buena parte de los ámbitos que cumplen con los criterios, ya han anunciado que no lo harán. Cataluña sí podría hacerlo y la Comunidad Valenciana dependerá del partido que gobierne después del 28 de mayo.

A mayores, los caseros podrían verse involucrados en prórrogas extraordinarias de contratos, si el inquilino es vulnerable, o en topes a la hora de renovar anualmente sus contratos con la inflación. También, a la espera de conocer el texto final de la nueva Ley, se modificará el plan de incentivos fiscales existentes, con el fin de beneficiar a los que bajen sus rentas.

Sobre si la Ley de Vivienda afectará a no al apetito de los particulares que compran viviendas para alquilar, Beatriz Toribio, directora general de Masteos, cree que "es la gran pregunta": "En el ámbito de pequeño y mediano ahorrador no habrá un gran freno porque la rentabilidad que ofrece la vivienda es alta y hay una necesidad de refugiarse de la inflación y colocar ahorro. Sin embargo, esta situación genera dudas, retrasa operaciones y no es bueno".

El encarecimiento de la financiación no frena el apetito

Según Beatriz Toribio, el perfil de cliente al que Masteos está asesorando para la compra de una vivienda en alquiler se divide entre los que no necesitan recurrir a una hipoteca para formalizar la inversión y los perfiles que sí lo hacen, aunque muestran ratios de solvencia muy altos.

La directora adjunta de la compañía francesa destaca que "muchos clientes vienen con la idea de invertir en alquiler vacacional", además de otras fórmulas más tradicionales, como el tradicional de larga estancia y el que se realiza por habitaciones. También aumentan los inversores que ven con buenos ojos adquirir activos fuera de su residencia habitual, delegando la gestión de ellos en un tercero.