Intervención en la Eurocámara

Guindos insiste en alertar sobre el alza de precios de los servicios

El vicepresidente del Banco Central Europeo insistió también en que es necesario que la UE progrese "rápidamente" en el límite de exposición previsto para reducir el contagio entre criptomonedas y bancos

El vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos.

El vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos. / Archivo

Silvia Martínez

El vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, considera que la inflación general de la eurozona, que repuntó en abril pasado una décima hasta situarse en el 7%, terminará reduciéndose pero ve “preocupante” el elevado nivel de la inflación subyacente -que excluye el efecto de los precios de energía y alimentos frescos- y particularmente el aumento de los precios de los servicios. Es uno de los mensajes que ha dejado a su paso este jueves por la comisión de asuntos económicos del Parlamento Europeo donde ha defendido, al igual que este miércoles el Ejecutivo comunitario, una retirada de las ayudas por la crisis energética para evitar un aumento de las presiones inflacionistas a medio plazo.

“Un factor importante para las futuras perspectivas de inflación es el comportamiento de la política fiscal. A medida que desaparezca la crisis energética, los gobiernos deberían retirar las medidas de apoyo correspondientes rápida y de forma concertada para evitar que aumenten las presiones inflacionistas a medio plazo, lo que exigiría una respuesta de la política monetaria más contundente”, ha explicado durante su intervención. Según De Guindos, los gobiernos de la eurozona deben orientar sus políticas fiscales a hacer más productiva la economía y a reducir gradualmente la elevada deuda pública.

Según el diagnóstico del número dos del BCE, la inflación general disminuyó desde el pico máximo registrado en octubre pasado al 7% de abril aunque la inflación subyacente sigue siendo elevada, en parte debido a las presiones sobre los costes de los insumos. Los riesgos al alza para la inflación se derivan, entre otras cosas, de un crecimiento de los salarios y de los márgenes de beneficio superior al previsto, así como de un posible aumento duradero de las expectativas de inflación a largo plazo por encima del objetivo del 2%. Los riesgos a la baja, mientras tanto, se deben a una posible vuelta de las “tensiones en los mercados financieros” y al “debilitamiento de la demanda”, debido, por ejemplo, a una ralentización más acusada del crédito bancario o a una mayor transmisión de la política monetaria.

Este escenario llevó al BCE a aumentar los tipos de interés un cuarto de punto en su última reunión de mayo y a anunciar la interrupción de las reinversiones en el marco del programa de compras de activos a partir del mes de julio. De Guindos no ha dado pistas de qué decisiones tomará el órgano de reunión en su próxima reunión pero ha recordado que irán encaminadas a garantizar que “los tipos de interés oficiales se sitúen en niveles suficientemente restrictivos para lograr un retorno de la inflación a nuestro objetivo a medio plazo del 2% y se mantengan en esos niveles durante el tiempo que sea necesario”, ha indicado.

Sistema bancario "sólido"

Pese al endurecimiento de las condiciones de financiación, que está poniendo a prueba según reconoce el banquero a empresas, hogares y países de la Eurozona, el BCE considera que el sistema bancario es “sólido” como lo demuestran las recientes tensiones a raíz de las quiebras de bancos en Estados Unidos y Suiza. “Estos efectos se vieron mitigados por la solidez de los fundamentos de los bancos de la zona”, ha dicho. Aún así, se ha mostrado preocupado por la posibilidad de que se produzcan cambios bruscos en los precios inmobiliarios, especialmente en el sector inmobiliario comercial, y ha instado a los bancos a empezar a empezar a remunerar los depósitos. “Si aumentamos tipos de interés los aumentamos para todo: créditos y depósitos. La banca tiene que reaccionar”, ha advertido.

De Guindos también ha aprovechado para subrayar la “necesidad de reforzar la regulación de las entidades no bancarias” y evitar el riesgo de crear puntos ciegos dentro del sistema financiero. “Nuestro sector bancario es fuerte, en gran parte gracias a las reformas y las políticas prudenciales aplicadas en los últimos años” pero “los recientes acontecimientos deberían recordarnos que debemos adaptar constantemente nuestro marco regulador a los nuevos tiempos”, ha añadido urgiendo a los gobiernos a completar la unión bancaria. “La mejor manera de proteger la estabilidad en la UE es garantizar una mayor integración europea y un marco regulador sólido. En los próximos doce meses, antes de que termine esta legislatura, podemos hacer progresos tangibles en algunos expedientes clave”.