El presidente del Congreso, Jesús Posada, se ha desligado este martes, coincidiendo con el décimo aniversario del 11-M, de la llamada teoría de la conspiración, que fue alentada por su partido, el PP, y se dedicó a sembrar dudas sobre la investigación judicial y la autoría islámica de los atentados, en los que murieron 191 personas y más de 1.000 resultaron heridas. “Yo nunca entendí la teoría de la conspiración”, ha dicho Posada.

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Una posición tan nítida sobre los bulos vertidos en torno a la tragedia es muy rara en el seno del PP. Su secretaria general, María Dolores de Cospedal, quien al señalar que “lo mejor en este asunto es que se conozca toda la verdad”, se situó ayer a medio camino entre la sentencia dictada y la conspiración. El portavoz parlamentario de los conservadores, Alfonso Alonso, ha ocupado este martes el mismo terreno. “Respetar la verdad judicial y seguir analizando lo que pudo ocurrir es conciliable”, ha explicado.

La "unidad"

El rechazo de Posada a la teoría de la conspiración, sin embargo, no implica que en su opinión el PP deba pedir disculpas sobre su conducta, como le piden los grupos de izquierda. El presidente del Congreso ha querido quitarle hierro al asunto. “Es natural que en un caso tan brutal como este, se desboquen en un momento dado las teorías y las ideas. Lo que ha ocurrido era lógico. Pero todos lo hemos encarrilado y es algo que nos une”, ha dicho, en referencia al funeral de Estado que ha tenido lugar esta mañana, donde todos las asociaciones de víctimas del terrorismo han estado presentes. Alonso, en el mismo sentido, ha señalado que “hoy es un día importante porque ha habido unidad en recuerdo de las víctimas”.