La catedral de la Almudena de Madrid acogió ayer el acto principal en recuerdo de las víctimas de los atentados del 11-M, de las 191 personas muertas y también de los centenares de familias destrozadas. Un millar de personas entre autoridades, familiares, bomberos, enfermeros y policías llenaron el imponente templo neogótico a las nueve de la mañana entre lágrimas y emoción contenida para asistir al funeral de Estado, que estuvo presidido por los Reyes.

Ninguno de los políticos asistentes cayó en el error de estropear la unidad que por primera vez se ha visto este año en la conmemoración del décimo aniversario de los ataques de Al Qaeda. No hubo declaraciones que pudieran enturbiar esa concordia. Ni de los principales dirigentes de los partidos ni de las asociaciones de víctimas. ?El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que durante años permitió que se sembraran dudas sobre la autoría del zarpazo terrorista, apeló ayer a la unidad y dio por superada esa teoría de la conspiración que señalaba a ETA como autora intelectual de los atentados.

El jefe del Ejecutivo lo quiso hacer horas después, en el Senado, donde sí habló sobre el 11-M y las víctimas. "Lo hemos celebrado todos unidos y creo que eso es muy reconfortante y muy positivo", declaró. "El objetivo es que las víctimas se sientan reconfortadas, que estos actos terroristas no se vuelvan a producir nunca más y que la sociedad española derrote de forma definitiva al terrorismo", añadió.

"CONTRADICCIONES" En la misma línea, Alberto Ruiz Gallardón, ahora ministro de Justicia y en el 2004 alcalde de Madrid, insistió en una emisora que "no hay ninguna duda de que el atentado del 11-M lo cometió el terrorismo islamista" y destacó que en aquellos días traumáticos "los españoles estuvieron muy por encima" de sus gobernantes. "No lo interprete como una crítica a Aznar --añadió--, de ninguna manera. Fueron unos momentos muy difíciles, con unas informaciones muy contradictorias".

Pese a la nueva línea marcada de manera clara por Rajoy a su partido, todavía hay algunos díscolos, entre ellos especialmente el actual presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, que seguían ayer sembrando dudas y reclamando el derecho de las víctimas de "saber qué hay detrás de los atentados".

EN GUATEMALA Fueron muchos años en los que algunos medios de comunicación privados y de la Iglesia destacaron las supuestas lagunas de la investigación. El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varea, que se despide esta semana como presidente de la Conferencia Episcopal, ofició ayer la misa en la Almudena y, de una manera ambigua, aprovechó su homilía para incidir en la teoría de ETA. "Murieron (...) porque hubo alguien, hubo personas, que con una premeditación escalofriante estaban dispuestas a matar inocentes, a fin de conseguir oscuros objetivos de poder".

Fuentes del Gobierno se desmarcaron totalmente de esa ambigüedad. Rajoy ha señalado el camino para abandonar de una vez esa tesis y ayer lo quiso escenificar en la Almudena. Le ayudó la ausencia de los protagonistas de aquellos días dramáticos. No fueron ni el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, que ayer estaba en Guatemala por trabajo, ni el ministro del Interior, Angel Acebes.

Una portavoz del exjefe del Ejecutivo explicó que no había sido convidado por la Fundación de Víctimas del Terrorismo (FVT), Mari Mar Blanco, que, según Zarzuela, se encargó de cursar las invitaciones. Tampoco recibió una invitación José Luis Rodríguez Zapatero, que se convirtió en presidente solo tres días después de los atentados, al ganar a Rajoy en las elecciones generales.

LOS RESPONSABLES ACTUALES Estas significativas ausencias provocaron que la FVT tuviera que emitir un comunicado a última hora para señalar que se comunicó la realización del funeral a "las personalidades que ejercen actualmente responsabilidades" en las diferentes instituciones del Estado. "Lamentamos si algunas personas no han llegado a acompañarnos por considerar necesaria una comunicación personal para asistir a la misa que ha estado abierta a todo el público", continúa la nota. Una disculpa un tanto difícil de entender, teniendo en cuenta el amplio número de personalidades asistentes y la naturaleza del acto.

PLAN DE REINSERCION La fundación presidida por Blanco también agradece la presencia de todas las asociaciones de víctimas, la gran noticia de este 10º aniversario.

Todos sus portavoces celebraron este paso y reclamaron más apoyo para los damnificados, del terrorismo islamista y del etarra. "Queremos un plan de reinserción. Nos parece injusto que haya un plan de reinserción de los verdugos mientras el 60% de los socios de nuestra asociación está parada", lamentó Pilar Manjón, presidenta de la Asociación del 11-M.