Rita Barberá solo se va a medias. 24 horas después de que el Tribunal Supremo abriera una investigación penal contra ella por presunto blanqueo de capitales en su etapa como alcaldesa de Valencia, la senadora del PP ha comunicado al partido que se dará de baja como militante pero sin renunciar a su escaño en la Cámara alta. De esta manera, Barberá mantiene su condición de aforada. Desde que el alto tribunal aceptó el martes investigar a Barberá por el 'caso Taula', el PP ha presionado a la senadora para diera el paso voluntariamente y liberase así al presidente en funciones de un lastre que le perjudica a la hora de intentar formar gobierno y complica al partido la campaña en las elecciones gallegas y vascas.

No en vano, varios dirigentes, entre ellos María Dolores de Cospedal, han invitado en las últimas horas implícitamente a Barberá a hacer "lo mejor para el PP" y para "defender su inocencia". El 'caso Barberá' ha provocado, más que otros, tensiones en las filas populares, dado que buena parte de la cúpula del PP considera que Rajoy debería haber apartado a Barberá mucho antes, cuando comenzaron las sospechas en torno al presunto blanqueo de dinero en el Ayuntamiento de Valencia, que se ha saldado con 47 imputaciones. El presidente y su entorno más cercano decidió, por contra, esperar a que el Supremo tomara una decisión sobre Barberá, dada su condición de aforada.