La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha roto su silencio sobre la situación nacional para dejar claras dos cosas: que el PSOE no puede encabezar un gobierno con 85 escaños, por lo que su papel en la próxima legislatura es hacer una "oposición útil", y que los últimos escándalos del PP, con la investigación a la exalcaldesa de Valencia Rita Barberá y el frustrado nombramiento del exministro de Industria José Manuel Soria, invalidan a Mariano Rajoy para ser presidente del Gobierno, sumándose a la petición formulada hace una semana por su partido de un paso atrás del líder del PP para desbloquear la investidura. "No sé a qué espera ya este hombre para tomar decisiones y hacerle un favor a este país", ha lanzado la baronesa socialista, reprochando que siga "gobernando para sus amigos".

Para los socialistas andaluces, los casos Barberá y Soria han sido la puntilla a cuatro años de recortes y escándalos de corrupción. "Es una vergüenza", ha asegurado Díaz, para quien la situación se ha vuelto "insoportable" y fuerzan a Rajoy a "mover ficha" porque "no puede seguir gobernando". Y ha ido a más. "Si el presidente del Gobierno no se ha dado cuenta después de haber escuchado al congreso, que escuche un poquito a la calle porque los ciudadanos están avergonzados y hartos", ha dicho, insistiendo en que "España no se merece esto". "En la calle hay un clamor y si el presidente no se ha dado cuenta de que no puede seguir gobernando de esta manera, pues es el único de España que no se ha dado cuenta", ha insistido.

PALABRAS CALCULADAS

Díaz se pronunciaba así durante una visita a un centro de mayores en Sevilla. La primera vez que hablaba tras un verano en el que ha optado por mantener un perfil más que plano para evitar críticas acerca de su pugna con la dirección federal del PSOE y sus amagos de moverle la silla al secretario general Pedro Sánchez. A lo sumo, en la reapertura del curso político andaluz se había limitado a expresar su deseo de que hubiera un Gobierno en España cuanto antes, dejando a su número dos en el partido la labor de lanzar el globo sonda de que una marcha de Rajoy contribuiría a allanar el camino de la investidura. No porque el PSOE se fuera a abstener con ese paso atrás, sino porque su retirada favorecería el diálogo con otras formaciones, según dijo entonces el secretario de organización de los socialistas andaluces, Juan Cornejo.

Ahora, sin embargo, la secretaria general del PSOE andaluz se ha mostrado más contundente, aunque sin pedir de forma clara ese paso atrás del líder del PP, sobre quien ha cargado todo el peso delbloqueo institucional porque "no todo el mundo tiene el mismo grado de responsabilidad". Y respecto a la posición del PSOE, su planteamiento no se ha movido un ápice. "Con 85 escaños no se puede gobernar este país y hay que hacer una oposición útil", cerrando el paso una vez más a cualquier intento de su secretario general de explorar acuerdos con otras formaciones para un gobierno de cambio.

"FRATERNIDAD INTERNA" EN EL PSOE

Los socialistas andaluces defienden un comité director del partido después de las elecciones vascas y gallegas. En este sentido, y aunque no se ha pronunciado claramente, Díaz ha augurado que en los próximos meses habrá "mucho debate" entre los socialistas, "porque al PSOE no le va a ir bien si a España no le va bien". Preguntada sobre las manifestaciones de su homólogo extremeño Guillermo Fernández Vara dejando clara la incomunicación del secretario general del PSOE con los barones autonómicos, ha defendido que en el PSOE hay "mucha fraternidad" y que "por encima de las discrepancias nos une el interés" por España y porque la gente viva mejor. "Y quiero que eso se haga siempre con fraternidad y debate", ha zanjado, eludiendo dar una respuesta a lo que debería hacer Sánchez. "Lo que tenga que aportar lo haré en los órganos del partido, me permitiréis que los debates del PSOE los tenga dentro del PSOE".