Si los tuiteros de ultraizquierda que acuden a declarar a la Audiencia Nacional suelen ser veinteañeros, los de la ultraderecha, ya han cumplido sobradamente los 40. La Sección Segunda de lo Penal ha juzgado este jueves a Tomás Santos y a Fernando Reina por insultar en Twitter a la expresidenta de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo Pilar Manjón. El primero negó cualquier relación con los comentarios vertidos en la red y atribuyó su identificación con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, y La Tuerka.

Ambos se enfrentan a una petición de tres años de prisión por parte de la acusación particular, aunque la fiscalía la reduce a dos años para Santos y año y medio para Reina, que sí que admitió el comentario por el que se le juzga: "¿Qué se puede esperar de una mala madre que hace negocio apoyando la impunidad de los asesinos de su hijo?". Aunque lo atribuyó a un "calentón" y a que como había tenido que salir de casa "corriendo" no se fijó en que la respuesta también se dirigía a Manjón.

Iglesias, Rubalcaba o Pajín

El otro acusado optó por otra estrategia de defensa. Negó ser la persona que profirió los insultos en las redes como Manjón. Consistieron en: "A Pilar Manjón le tocó la lotería cuando reventaron al hijo. Menuda puta"; "Imagino que el padre del hijo de la Manjón no dice nada porque no sabe quién es..."; "Me alegra saber que pese a tu problema ortográfico apoyas a la puta proterrorista de Manjón".

Según su versión, que le ha permitido salir bien librado de otras denuncias por injurias y calumnisas presentadas por el líder de Podemos, Pablo Iglesias, o el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, entre otros, fue el programa La Tuerka, donde se le identificó con las cuentas de las que se profirieron los insultos, a partir de una intervención que había hecho en Intereconomía, pero no eran suyas.

"No tengo cuentas en Twitter ni en Facebook. Las expresiones que se han citado aquí me parecen repugnantes, yo jamás escribiría eso", dijo Santos, a quien también se acusó en su momento por insultos a la diputada de Podemos Tania Sánchez o la socialista Leyre Pajín.

Su explicación fue refutada por un informe policial en el que se le vincula a las cuentas desde las que se profirieron los insultos gracias a varios indicios como una fotografía de los juzgados el mismo día que declaraba por una de las querellas por injurias o su fecha de nacimiento.

El fiscal Marcelo Azcárraga los consideró suficientes y elevó a definitivas su petición para los acusados por el delito de humillación a las víctimas, aunque matizó que se trata de casos diferentes. El abogado de Manjón, Antonio Segura, que también elevó a definitivas sus conclusiones, sostuvo que se trta de "frases retorcidas muy pensadas, con un odio muy especial hacia una determinada víctima del terrorismo".

"A mí cuando me insultan me duele pero cuando la víctima de terrorismo es mi hijo, que no eligió ir en los trenes esa mañana, eso no es libertad de expresión eso es llamarle 'hijo de puta' y mi hijo sí tiene padre; está aquí sentado y perfectamente identificado", declaró la propia Manjón al tribunal.