La teatralización de los pactos continúa. Madrid es la clave de bóveda, sobre todo para el PP. Pablo Casado salvó su liderazgo la noche de las elecciones municipales y autonómicas del 26 de mayo porque la aritmética electoral le permite mantener el gobierno regional y reconquistar el ayuntamiento de la capital, ahora en manos de Manuela Carmena. Para conseguir amarrar esas dos instituciones y otra veintena de ayuntamientos más y también los ejecutivos de Castilla y León, Murcia y Aragón, necesita a Ciudadanos (en la mayoría de casos también a Vox) y Albert Rivera ha puesto un precio alto a su apoyo.

Ayer se celebró una reunión entre populares y naranjas para abordar este asunto, esta vez con luz y taquígrafos, y a la salida, la vicesecretaria del PP Andrea Levy, lamentó la «indefinición» de Ciudadanos para apoyar al candidato conservador, José Luis Martínez-Almeida, y admitió su «preocupación» ante el riesgo de no recuperar el ayuntamiento.

GESTIÓN Y VISIBILIDAD / El lunes de la semana pasada, en el primer contacto que PP y Ciudadanos mantuvieron tras las elecciones municipales y autonómicas, el partido naranja pidió a Casado gobernar en el Ayuntamiento de Madrid con su candidata, Begoña Villacís, a cambio de respaldarles en el grueso del resto de administraciones.

La dirección del PP descartó de primeras esa opción y reclamó la alcaldía para Martínez-Almeida, pero pasaron los días, Casado encajó la demanda y empezó a estudiar la petición, como publicó este diario el día 29.

El consistorio puede proporcionar a Rivera dos cosas que necesita si quiere seguir ganando terreno al PP: gestión y visibilidad. Por su parte, con esa cesión, Casado podría asegurarse mantener el poder en otras plazas y, especialmente, en la Comunidad, que no puede perder si quiere evitar una crisis interna de consecuencias imprevisibles tras su derrota en las generales.

Ayer hubo también una reunión entre los dos partidos para hablar del Gobierno regional y, a diferencia del ayuntamiento, fue «muy positiva», según fuentes populares, que esperan hacer presidenta a su candidata, Isabel Díaz Ayuso.

ENCUENTRO CON LOS ULTRAS / No obstante, para lograrlo necesitarán a Vox, con el que Ciudadanos se sigue resistiendo a negociar nada de manera global, aunque el dirigente madrileño de los naranjas, Ignacio Aguado, aceptó verse con la candidata ultra, Rocío Monasterio. El PP, que intenta desarrollar el rol de árbitro, continúa estrechando lazos con la extrema derecha y ambas formaciones decidieron gobernar en una treintena de ayuntamientos en que suman sin la ayuda de los naranjas.

Es el caso, entre otros, de Almería, Ceuta y lo que se podría llamar el corredor azul de Madrid: Pozuelo de Alarcón, Majadahonda y Las Rozas, municipios con un alto poder adquisitivo.