Pedro Sánchez abre su agenda este lunes en Nueva York casi como un profeta fuera de su tierra. El predicamento de Sánchez en el exterior contrasta con su imagen en la arena estatal, debilitada por la investidura fallida, el fracaso de las negociaciones y la repetición electoral del 10 de noviembre.

El candidato socialista llega a EEUU para participar en la Cumbre del Clima y en la Asamblea General de la ONU, citas que coinciden con el arranque de la precampaña. Para el Gobierno, el compromiso es «irrenunciable». Desde junio del 2018 el líder socialista ha realizado 36 viajes internacionales, ha asistido a 11 Consejos Europeos, ha hecho 42 visitas al extranjero y ha participado en 19 eventos multinacionales en España, según datos de la Moncloa.

El ministro de Asuntos Exteriores en funciones, Josep Borrell, defendió ayer en Nueva York el viaje de Sánchez. Para reafirmar la trascendencia de esa presencia en Nueva York en la semana en que se convierte en centro de la diplomacia mundial, Borrell ha destacado, por ejemplo, la reunión que este martes mantendrá Sánchez con el presidente iraní, Hasán Rohaní, especialmente trascendental por las tensiones elevadas en el golfo Pérsico tras el ataque a dos refinerías de Arabia Saudí, informa Idoya Noain.

Por otro lado, en una carta a los militantes del PSOE, Sánchez sostiene que solo hay un voto capaz de conformar un gobierno progresista y advierte de que no conviene distraerse «mirando hacia los lados» ni los cambios ideológicos.

Hoy expiraba el plazo para una investidura, de forma que, de haber sido reelegido presidente, también iría a Nueva Yormk, eso sí, con otro estagus.