Palabras poco agradables de ERC y JxCat en la valoración del papel jugado por Pedro Sánchez en los últimos seis meses. Epítetos como «irresponsable» y críticas al líder socialista por haber alentado, con sus actos, el crecimiento metastásico de la ultraderecha. Pero también un mensaje, a medio camino entre el deseo y la esperanza, de que el presidente en funciones se avenga a dialogar, ahora sí, con el independentismo, sin líneas rojas. Si es que quiere su apoyo para superar la investidura y no ir a unas terceras elecciones.

«Septiembre va a ser más complicado», advirtió Gabriel Rufián a Sánchez y Pablo Iglesias en julio. La sentencia del 1-O podía impedir que ERC apostara a todo porque hubiera un Gobierno estable. Pero noviembre y diciembre no pintan mejor. Los republicanos se mostraron ayer satisfechos. No en vano ganaron por segunda vez los comicios generales al PSC en Cataluña. Y por más diferencia. Pero también se dejaron dos escaños. Barruntan en ERC que quizá la campaña ha sido poco equilibrada, con el foco centrado en el área metropolitana, donde han logrado unos resultados más que notables. Y en ese olvido, opinan en ERC, es donde la CUP ha logrado sus dos escaños y JxCat ha remontado.

Cabe deducir, por tanto, que la gestión republicana de la nueva época, incluirá una mayor resistencia a facilitar el voto, o a hacerlo sin nada a cambio.

La secretaria general adjunta, Marta Vilalta, echó mano incluso del Tsunami Democràtic («sit and talk» ) y advirtió a Sánchez de que tras «salir debilitado» de las elecciones «únicamente tiene dos opciones, o escuchar lo que han dicho los ciudadanos en las urnas, o permitir que la derecha siga avanzando». Según Vilalta, de entrada debe ser Sánchez quien haga gestos favorables al diálogo y ponga fin «al menosprecio que hasta ahora ha mostrado hacia el independentismo, que es una opción política democrática y totalmente legítima».

También JxCat y el president Quim Torra centraron ayer sus mensajes en el PSOE y Sánchez, emplazando al socialista a una reflexión autocrítica y a sentarse a dialogar. La cabeza de cartel de JxCat, Laura Borràs, fue más allá y sugirió que Sánchez dé un paso al lado y dimita: «Una manera de hacer autocrítica es ceder el paso a alguien que pueda hacer lo que tú has demostrado que no estás preparado. Veremos si en estos seis meses sus dotes negociadoras han mejorado».

TORRA TELEFONEA A SÁNCHEZ / En paralelo, a primera hora de la mañana, como en varias ocasiones anteriores en las últimas semanas, Torra telefoneó a Sánchez sin éxito. El president -en un acto de conmemoración del aniversario del proceso participativo del 9-N- emplazó a Sánchez a entablar una negociación. El expresident Artur Mas fue un paso más allá y sugirió que en el futuro los ciudadanos catalanes puedan optar en referéndum entre la propuesta independentista y el modelo que propongan los socialistas.

En clave interna, en los sectores más cercanos a Puigdemont, en JxCat ayer se exhibía satisfacción porque, según sus cálculos, desde las anteriores generales, la estrategia de mantener el conflicto y el choque con el Estado ha dado frutos porque ERC ha descendido y JxCat y la CUP han visto premiada su tesis. En cambio, los moderados del PDECat reclamaron que ello no retrase la necesidad de «cambios necesarios» en el partido, fruto del proceso participativo iniciado.