En febrero de 1988, tras fallecer Carmen Polo de Franco, el director de la revista Tiempo, Pepe Oneto, llamó al reportero Mariano Sánchez Soler (Alicante, 1954) a su despacho. Quería un reportaje sobre la herencia de la señora. Y el periodista que hoy presenta el libro La Familia Franco SA (Roca Editorial) se topó con la primera dificultad: la oscuridad. En 1990, cuando publicó un primer libro «a pelo, sin internet, siguiendo la pista del dinero», se le querelló Francis Franco. Le pidió diez millones de pesetas de la época para reparar su honor. Absuelto. «Pero luego, lo que publiqué era sometido a descrédito -cuenta-. Y después ya vino el silencio, hacer como que no estás».

—Cuando murió Franco, se publicó que su fortuna sería de 1.000 millones de pesetas (6 millones de euros). Hoy la estimación más sólida de la fortuna familiar es de 600 millones de euros, 100.000 millones de pesetas.

—Su riqueza se habría multiplicado por cien. La democracia ha sido generosa con los Franco. No les ha molestado lo más mínimo; han podido acogerse a la última amnistía fiscal, la de Montoro, y a otra en 1986; no se les han investigado ingresos y propiedades que pueden tener en el extranjero, en Filipinas y Miami. Hasta ahora el Estado y Hacienda no les habían molestado.

—Era de esperar que la base de la fortuna fuera inmobiliaria, fuente de riqueza tradicional...

—Donde ellos han ganado dinero es en la venta de propiedades con sociedades anónimas. La recalificación de un tercio de su finca de Arroyomolinos multiplicó su valor por cien. Con la firma del secretario de Franco, José María Sanchiz, tío del yerno del dictador, han seguido las tácticas propias del desarrollismo español.

—La fortuna no sería tal sin Sanchiz ni el Marqués de Villaverde.

—Efectivamente, su aparición cambió El Pardo. Villaverde era el factótum. Estaba en 23 consejos de administración y ocho puestos de la sanidad pública y privada, y en todos cobrando sueldo. Parece insólito, pero actuar así no lo consideraba delito.

—Y hoy, con la fortuna colocada en una cincuentena de sociedades, ¿quién es el factótum?

—Después de morir Carmen Franco, que era quien unificaba la fortuna, el turno recae en Francis Franco, el más empresarial de los hijos. Las empresas han pasado al control de los siete hermanos, que de vez en cuando se cambian dirigentes.

—Hay un momento fundacional para esta fortuna, la donación del palacio del Canto del Pico (Madrid) en 1937, y la del pazo de Meirás (La Coruña) en 1938.

—Son las piedras fundacionales más vistosas y evidentes. El Canto del Pico pasa definitivamente a Franco en 1942, al morir su propietario, el conde de Las Almenas. Y Meirás está ahora en litigio por posible fraude en el papel de compraventa. Pero no sabemos la cantidad real de los regalos que recibió Franco. La Ley de Secretos Oficiales impide indagar muchas de estas cuestiones. El Estado aún no cuenta toda la fortuna de los Franco, por omisión. Pero realmente donde se forja el negocio es en la finca Valdefuentes (Arroyomolinos), con pelotazos tras su recalificación.

—En su libro recoge una curiosa frase de Pilar Franco: «Estoy segura de que la fortuna personal de Carmen Polo no llega al 1% de todo lo que su marido hizo ganar a España».

—Estaban convencidos de que se lo merecían. Ramón de Rato hizo un negocio con Nicolás Franco y, cuando le reclamó un impagado de 4,8 millones de pesetas, le contestó: «Al hermano del Caudillo no se le molesta por esto».

SEmDHay un negocio de la familia que vive una burbuja en Madrid: los aparcamientos.

SEmDEstán intentando venderlas. Demasiada notoriedad es mala para los negocios.